Se llama Santino Domínguez y juega al básquet en el Estudiantes de Santa Rosa. Pudo participar gracias a que su abuela ganó un concurso de una conocida bebida.
La inesperada imagen en pantalla revolucionó al ambiente del básquet de La Pampa. Sentado en el banco, codo a codo con Manu Ginóbili, Luifa Scola, el Chapu Nocioni o Pepe Sánchez, de pronto apareció Santino Domínguez, un juvenil del básquet de Santa Rosa que tuvo el privilegio de participar el sábado pasado del homenaje a la generación dorada del básquet argentino en el rol de aguatero del equipo que consiguió la medalla dorada en Atenas 2004.
A 20 años de aquella, que fue una de las más grandes gestas de la historia del deporte argentino, el pibe se dio el gusto de su vida y hasta pudo participar del concurso de triples junto a los más grandes del deporte que ama y juega con pasión desde chico.
"La verdad que fue una experiencia única, increíble, todavía no puedo creerlo. Estar con los jugadores, conocer a Ginóbili, que me presenten como el aguatero y que todos me saluden fue una locura”, dijo el pibe después de la increíble experiencia que vivió, y que se tradujo en un tendal de mensajes de whatsapp de la gente que lo vio en vivo.
“No te voy a mentir, estaba muy nervioso, desde antes de poder conocer a todos, me dolía la panza de nervios. Estaba con ganas de llorar, muy loco todo", confesó luego de participar como uno más en el evento organizado en el Parque Roca de Buenos Aires, una fiesta en la que participaron más de 15 mil personas y que fue seguida desde todo el país, a 20 años del oro olímpico del básquet argentino en Atenas 2004.
Un concurso que ganó su abuela
El basquetbolista juvenil de Santa Rosa, donde todos le dicen "Toro", es jugador de la categoría U-17 de Estudiantes de La Pampa y accedió a este privilegio gracias a su abuela Elba. "Participó de un concurso de Gatorade. Había que mandar una historia sobre básquet y ella contó la mía”, le explicó Santino a la gente de Prensa de la Federación Pampeana de Básquetbol, que difundió la historia a medios locales.
Lo cierto es que el pibe de Estudiantes vivió una noche a pura adrenalina y asombro, mano a mano con las leyendas de nuestro básquet (y del mundo), además de artistas, figuras de otros deportes, influencers, periodistas y famosos de distintos rubros.
"En el concurso de triples erré un montón por los nervios, pero estaba feliz igual”, rememoró y confesó que los organizadores del premio siempre estuvieron cerca suyo para asistirlo y que pudiera disfrutar el momento lo más tranquilo posible.
La repercusión de su participación fue casi instantánea, y masiva. “Después del evento me escribió un montón de gente que me había visto en la tele y además estuve con un montón de famosos. Hoy vi que algunos influencers subieron videos y el Instagram de Gatorade lo compartió, fui famoso por un día", se río todavía conmovido el pibe, que en cuanto vuelva de Buenos Aires a Santa Rosa volverá a ponerse la camiseta de su club para seguir jugando una asombrosa cantidad de partidos del Provincial. Es que por su buen rendimiento, integra varios equipos.
"Este año estoy jugando en U-17, en U-21 y en Primera. Quedamos segundos con U-17 en el primer semestre, que veníamos invictos en el Provincial. Con este equipo pude jugar mi primer Argentino en Bahía Blanca. Y en este torneo venimos invictos", explicó Santino.
Un ascenso meteórico
Santino empezó a jugar al básquet a los 13. No fue el primer deporte que le interesó: ya había probado con varios. Y lo que le sucedió con éste fue distinto. Al principio, como la mayoría de los chicos, lo tomó como algo recreativo y además, mucho no jugaba porque -admite- “no era bueno”.
Pero cuando llegaron las vacaciones de verano, al pibe lo pudo más su deseo de hacerse un camino picando la pelota que las dificultades que tenía para hacerlo. Así que se tomó los entrenamientos en serio: fue a practicar todos los días, como si fuera la escuela. Lo llevaban su abuelo Mario y Moni, la misma que varios años después lo sigue impulsando, y lo anotó en el concurso que lo llevó a cumplir este último sueño con Ginobili, Scola y compañía.
"Les demostré que era algo que me importaba y en donde estaba poniendo todas mis energías", contó ahora. Los resultados de esa convicción no se hicieron esperar: "Después de ese verano, en U-15, en el primer partido metí 30 puntos y empecé a promediar 25 puntos por partido. Empecé a jugar con U-17 y con U-19, entrenando con todas las categorías y aprendiendo lo más que podía, complementándolo con más campus del 'Huevo' Sánchez".
El 3 de septiembre de 2023, Santino debutó en Primera, en un Pre Federal de visitante en General Villegas y seis días después lo hizo ante su gente, como local. Su equipo ganó y los compañeros lo pelaron. Poco después integró la selección pampeana. Ese meteórico ascenso, a fuerza de pasión y con el invalorable empuje de sus abuelos, ahora, lo ayudaron a cumplir un sueño, entre los más grandes de la historia del básquet argentino.
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