"Ma, estoy en Buenos Aires, estoy bien": el misterioso mensaje de un joven de Caleta Olivia desaparecido
Viajó desde Catamarca, donde estaba estudiando, con un amigo al que nadie conoce. Hace tres meses que no tienen noticias de él.
Un misterioso mensaje llegó a Caleta Olivia, Santa Cruz, al teléfono celular de Beatriz Andrade. Le hablaba su hijo, Leonel Agustín Flores, de 25 años, y decía: “Ma, estoy en Buenos Aires, estoy bien, no te preocupes. Está todo bien. La otra semana vuelvo a Catamarca”. Fue en agosto. Desde entonces, la familia de Leonel no sabe nada de él.
La referencia a Catamarca es porque el joven santacruceño se mudó de Caleta Olivia a esa ciudad del Norte argentino donde estudiaba el profesorado de Teatro en el Instituto Superior de Arte y Comunicación (ISAC).
Desde allí emprendió un viaje a la Ciudad de Buenos Aires en agosto pasado, acompañado por un amigo del que su familia no tiene ninguna referencia. Tampoco lo conocen los amigos de Leonel en Santa Cruz.
Pasaron tres meses desde que Beatriz recibió el mensaje de su hijo. Sigue sin haber datos de su situación. Ella, que sigue residiendo en Caleta Olivia, decidió hacer la denuncia por averiguación de paradero ante la incertidumbre de no saber qué pasó. Todos los intentos por comunicarse con él fueron en vano hasta ahora.
"En agosto de este año fue mi última comunicación con él. Ahora llamo al celular y no me da. Esa es mi angustia y preocupación. Quiero saber al menos que esté bien, nada más, como toda mamá", dijo Beatriz.
Sin noticias en Caleta Olivia
"Lo que me dijeron a mí es que se fue con un amigo que nadie lo conoce. Los chicos no lo conocen”, confirmó la angustiada mamá.
Antes de recibir el mensaje de su hijo, y como hacía varios días que no tenía noticias, lo que ya de por sí era bastante inusual, se comunicó con los compañeros en el instituto de Teatro “porque ellos no tenían novedades de él”.
“Me dijeron que se había ido a Buenos Aires. Entonces, comencé a llamar al celular de él”, relató Beatriz. En respuesta, fue que él llamó al teléfono de ella, con aquel mensaje diciendo que en la semana siguiente iba a volver a Catamarca.
“Bueno -le contestó la mamá-, pero llamame, mandame un mensajito así yo me quedo tranquila que estás bien. Y cuando llegues, igual avísame”.
“Ahí fue la última comunicación -dice ahora Beatriz-. Me seguí comunicando con los chicos del instituto y no sabían nada”.
El amigo que nadie conoce
“Lo único que saben, por comentarios que hizo él, es que se iba a Buenos Aires unos días con un amigo. Pero ni siquiera sé quién es el amigo. Ni los chicos lo conocen", agregó la mujer.
"Siempre nos comunicábamos, por ahí tardaba en contestarme, pero siempre estábamos en contacto", aseguró Beatriz. Y recordó esa última comunicación en la que Leonel le insistió en que no se preocupara. “Yo estoy re bien”, le machacaba, “estoy en mi mejor momento”. Dice Beatriz que su hijo le dijo: “Ya estoy grande, no te preocupes por mí”.
Sin embargo, los días pasaron, así como los meses, y hasta la fecha nunca más pudo comunicarse con el joven estudiante.
“Esa es mi angustia y preocupación -expresó Andrade-. Quiero saber al menos que esté bien, nada más, como toda mamá”.
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