Qué son los fondos fiduciarios que quiere sacar Javier Milei: cuánto dinero mueven y cómo se financian
Son alrededor de 29 y funcionan por fuera de las reglas generales que alcanzan al resto de las partidas presupuestarias.
En medio del fuerte enfrentamiento del Gobierno con Chubut por una deuda de $13.500 millones, todavía sigue abierto con las provincias otro frente de conflicto por las cajas millonarias de los llamados “fondos fiduciarios”, que Javier Milei quiere eliminar.
Se trata de unos 29 fondos que funcionan por fuera de las reglas generales que alcanzan al resto de las partidas presupuestarias y tienen menos control, por lo que en muchos casos son verdaderas “cajas negras” de la política.
Un fondo fiduciario o fideicomiso se constituye con los activos que alguien (como una persona, empresa o el Estado) le delega a otro para que los administre para un fin específico. En el caso de los fondos públicos, el Estado delega la administración de determinados recursos a una entidad (como el banco Nación) para ejecutar determinadas políticas, como dar subsidios o hacer obras públicas.
Sus recursos no pueden destinarse a otros gastos presupuestarios, como pagar salarios y sus fuentes de financiamiento pueden provenir de aportes del Tesoro Nacional, impuestos, cobro de multas, o las ganancias que obtengan las inversiones de los propios fondos. Los administradores suelen ser el Banco Nación, el Banco de Desarrollo Argentino (BICE) o el Banco Hipotecario, que cobran una comisión promedio del 4% del total del fondo.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), muchos de estos fondos tienen finalidades poco específicas que además pueden ser modificadas los administradores. Un ejemplo es el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte, que inicialmente se creó para financiar obras de infraestructura vial y desde el 2000 pasó a subsidiar el transporte público.
Cuáles son los fondos fiduciarios que Milei quiere sacar
De los 29 fondos incluidos en el Presupuesto, 21 fueron creados por ley: es decir, el presidente Javier Milei no podría derogarlos por decreto, sino que tendría que enviar un nuevo proyecto a un Congreso que llamó “nido de ratas”.
Sobre los recursos que manejan, algunos de estos fondos tuvieron resultados financieros muy buenos en 2023: entre los principales estuvieron el Fondo de Garantías Argentino (FOGAR) ($125.590 M), Fiduciario Programa Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar PROCREAR ($103.247 M), Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) ($ 77.858 M), y el Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Residenciales de Gas (FFGAS) ($32.345 M).
Le siguen el Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional (FFFIR) ($25.359 M), Fondo Fiduciario para la Vivienda Social (FFVS) ($7.493 M), Fondo Fiduciario del Servicio Universal – Argentina Digital (FFSU) ($2.404 M) , y el Fondo Fiduciario para Subsidios a Consumos Residenciales de Gas Licuado de Petróleo (FFGLP) ($55 M).
De los 29 fondos que existen, nueve serían los más importantes por la cantidad de operaciones y recursos que concentran. Algunos de estos fondos principales son el ya mencionado Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura de Transporte (para promover la inversión en infraestructura vial), el Fondo Fiduciario para la Vivienda Social (para financiar programas de vivienda social e infraestructura básica), y el Fondo Fiduciario Subsidios a Consumos Residenciales de Gas Licuado de Petróleo (para financiar la compra de garrafas a familias de bajos recursos).
También están el Fondo Fiduciario PROCREAR (para facilitar el acceso a la vivienda a través de créditos hipotecarios a tasas bajas), Fondo Fiduciario para Subsidios de Consumos Residenciales de Gas (para subsidiar el consumo residencial de gas en la Patagonia y otras zonas frías), Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica (para financiar obras hídricas que protejan tierras productivas e infraestructura en zonas rurales), y el Fondo de Garantías Argentino (para mejorar el acceso al crédito a las empresas ofreciendo garantías).
Uno de los fondos que más resonaron en estos días fue el Fondo Fiduciario de Integración Socio Urbana (FISU), que busca financiar proyectos de integración urbana en asentamientos y barrios populares. Este fondo, dirigido por gente cercana al dirigente social Juan Grabois, quedó bajo la lupa por manejos sospechosos, como la poca cantidad de obras que efectivamente se concretaron. Además, una auditoría mostró que los contratos fueron dirigidos a cooperativas vinculadas a movimientos sociales afines.
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