Río Gallegos: juzgan al agente de tránsito que chocó y mató al volante de una camioneta municipal

Más de un año y 8 meses después del trágico accidente que le costó la vida a Rodrigo “Cokito” Oyarzo en Río Gallegos, este martes se inició el juicio oral contra el inspector de Tránsito de la capital de Santa Cruz que, al volante de una camioneta municipal a gran velocidad, chocó el auto en el que la víctima, de 30 años, viajaba con su mujer.

El hecho causó conmoción en la comunidad local y además de marchas para acompañar a la familia del joven mecánico fallecido en el reclamo de justicia y una “condena ejemplar”, se cuestionó fuertemente el proceder de los agentes de tránsito en los controles.

De acuerdo con las investigaciones, Vera manejaba a al menos a 90 kilómetros por hora cuando embistió el lado izquierdo del Volkswagen que conducía Oyarzo, quien murió en el lugar, entre los hierros retorcidos de su coche, mientras su mujer sólo tuvo heridas leves aunque quedó en estado de shock.

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Rodrigo "Cokito" Oyerza tenía 30 años y era mecánico.

El incidente ocurrió en la madrugada del 5 de marzo de 2023, cuando Oyarzo y su pareja volvían de su taller mecánico rumbo a su casa en el barrio Fátima.

En el cruce de la avenida San Martín con Mariano Moreno, el vehículo fue brutalmente impactado por la camioneta de tránsito que conducía Vera.

Un juicio que sigue todo Río Gallegos

El juicio oral que se inició a las nueve de la mañana despierta un enorme interés en Río Gallegos y toda la provincia. En el momento de la tragedia, muchos vecinos vieron el choque e incluso algunos incluso filmaron los instantes posteriores, con el auto de la víctima fatal destrozado y el inspector municipal "mirando a la nada, como perdido", como lo describió una hermana de Cokito en los días previos.

Una importante cantidad de aquellos testigos desfilarán ahora ante el tribunal, en al menos tres intensos días de juicio oral: en total, se espera el testimonio de 43 de ellos.

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El juicio oral se inició a las 9 de la mañana de este martes en Río Gallegos: se espera el testimonio de 43 testigos.

Algunas cuestiones en juego en el proceso oral que se lleva adelante en la sede judicial de Malaspina al 40 pasan por terminar de descartar que, como se había creído en un principio, en el momento del choque Vera estaba persiguiendo a otro vehículo, algo que no está permitido a los agentes municipales.

Según la defensa, ya está acreditado que esto no fue así, y que en realidad el inspector iba con urgencia a asistir a compañeros que estaban realizando un control de tránsito.

Más allá de eso, en la querella consideran que nada habilitaba al agente municipal a manejar a tanta velocidad. Por eso, la acusación de la fiscalía es por homicidio culposo con dolo eventual, un delito que prevé una pena de prisión de entre 8 y 25 años de prisión.

Los representantes legales de la familia de Oyarzo anticiparon que, luego de las pericias, esa figura está suficientente acreditada y que pedirán una pena “cercana al máximo” previsto por el código penal.

Por su parte, la estrategia de la defensa girará en torno a que el imputado no tuvo intención de matar y además, en un pedido de disculpas a la familia por parte de Vera. En esa dirección fue el testimonio del inspector, quien declaró en los primeros momentos del juicio oral

El acusado: "Nunca quise matar a nadie"

En la primera jornada del juicio, y antes de los testigos, por consejo de su representante legal Vera declaró ante el tribunal: "Jamás quise quitarle la vida a nadie", aseguró el acusado. Y agregó: "Quiero pedir perdón, aunque sé que en este momento no va a haber nada que llene este vacío".

Vera dio su versión de los hechos. Contó que ese sábado entró a trabajar a la 1.45 de la mañana y su primera tarea fue llevar a compañeros a “hacer un corte provisorio” de tránsito, según informó La Opinión Austral.

Luego de contar otras diligencias de su agenda laboral del día, el agente municipal aseguró que “generalmente todos los turnos de tránsito teníamos continuamente problemas con los controles, por la falta de respeto de los contribuyentes hacia los inspectores y entonces por eso tomamos la modalidad de ir dos móviles de apoyo, por una medida de seguridad”.

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Una de las marchas para reclamar justicia en Río Gallegos.

Luego de esa aclaración, se refirió a las circunstancias en las que se produjo el accidente, en la que según dijo se requería que llegara con urgencia a un control de tránsito.

“Cuando íbamos en el camino de la Av. San Martín los dos móviles, en la zona del centro cultural, no íbamos siguiendo a nadie. Yo lo tiro a pasar al otro móvil porque me volvieron a avisar que necesitaban un móvil de apoyo a la brevedad y cuando tiro a pasar aparece el vehículo de repente", explicó.

Contó que no pudo evitar el impacto. "Hice todo lo posible para no colisionarlo, tirándome hacia la izquierda y pisando el freno lo que más pude, para tratar en todo momento de evitar la colisión”, aseguró.

Posteriormente explicó lo que hizo después del accidente. “Tardé unos segundos para bajar, me quedé enganchado con el cinturón. Cuando me bajé fui a ver cómo estaban los conductores y volví al móvil, porque había quedado prendido y con la sirena grande, así que lo apago, lo dejo ahí y corto la marcha".

Y continuó: "Me voy de vuelta hacia donde estaba el auto colisionado y trato de meter el brazo por la ventanilla para saber en qué condiciones se encontraba el conductor, porque había una acompañante que se veía que estaba dentro de todo bien, estaba despierta, y lo que hago es tocarle la yugular para ver si tenía pulso”.

“En ese momento, lo toqué y vi que estaba desmayado, llamé enseguida a Tránsito, avisé que había personas atrapadas y pedí el equipo de rescate”, aseguró. Y agregó que en ningún momento abandonó a la mujer que iba de acompañante.

El tribunal encargado del caso está compuesto por Jorge Yance, María Alejandra Vila y Marcelo Bersanelli como juez subrogante, debido a la licencia solicitada por Joaquín Cabral.

La fiscal Verónica Zuvic dirigirá la acusación, mientras que los abogados de la familia de Oyarzo son Matías Solano y Karen Cader.

El defensor de Vera es Jesús María Moroso, un ex policía que fue jefe de la Comisaría Sexta de la capital santacruceña y ya alejado de la fuerza, se desdempeña como abogado particular.