Tierra del Fuego: proeza de nadadores de Argentina y Chile en las aguas heladas del Canal de Beagle
Por los 40 años del tratado de paz, se unieron para hacer 15 kilómetros sin trajes de neopreno, en un desafío inédito y reconocido como un récord mundial.
Como el objetivo de conmemorar los 40 años del tratado de paz entre Argentina y Chile luego del conflicto limítrofe que estuvo a horas de desencadenar una guerra entre los dos países, 34 nadadores de aguas abiertas concretaron la proeza de atravesar las aguas heladas del Canal de Beagle en una travesía entre Chile y Tierra del Fuego fue reconocida oficialmente como un récord.
El último sábado, la Primera Travesía Histórica Sin Neopreno en Posta consiguió un reconocimiento oficial como World Record Attempt por ser la primera competencia de estas características realizada en este íconico punto del fin del mundo.
Además, marca un precedente que podría ayudar a que se incluyan las aguas del canal limítrofe en el calendario internacional de competencias.
El recorrido de más de 15 kilómetros entre los puertos de Navarino (Chile) y Ushuaia fue cubierto con el agua a apenas 7.6 grados centígrados, en esta época del año, que desafió la resistencia y el entrenamiento previo de los nadadores.
La aventura de una disciplina deportiva que combina resistencia, valentía y trabajo en equipo se planteó para resaltar los valores de la unión entre dos países hermanos. Y contó con la colaboración de la Armada Argentina y la de Chile, el Gobierno de Tierra del Fuego, la Municipalidad de Ushuaia, Prefectura Naval y varias empresas, como Tolkeyen con su catamarán Yaghan, el Hotel Los Cauquenes con su lancha Akawaia y el Grupo Tremun, mientras que los socios del Club Náutico Ushuaia participaron con sus embarcaciones.
Los nadadores se embarcaron en el Yaghan hacia Puerto Navarino, en Chile, donde realizaron los trámites de ingreso y salida del país. Allí, la chilena Carola Ortega, de Puerto Natales, fue quien inició la travesía, que se desarrolló con relevos en turnos de 7 minutos o 500 metros (lo que se cumpliera primero), con los nadadores ordenados según sus registros de velocidad en la organización Nadando Argentina.
Fue la argentina Flavia Oliva, residente en Ushuaia, quien completó el último relevo y llegó a territorio argentino a las 14:19 horas, luego de una travesía que demoró en total 4 horas y 43 minutos.
Inclemencias climáticas en el Canal de Beagle
Durante las primeras dos horas, las condiciones climáticas fueron favorables, con vientos leves y corrientes de 2 nudos provenientes del suroeste, según consignó el portal El Calafate.
Pero promediando el recorrido, a la altura del límite entre aguas chilenas y argentinas, el clima se complicó con vientos más fuertes y oleaje intenso, exigiendo al máximo a los nadadores, que tuvieron la guía de Pablo Testa, entrenador de Nadando Argentina.
Ante las dificultades que se presentaron en el trayecto, se alteró el orden y los más experimentados debieron hacer varias zambullidas para enfrentar los tramos más complicados.
De ese modo, la travesía de los expertos en natación de invierno culminó con éxito en una zona conocida como Caleta Aspirante, ubicada detrás del aeropuerto internacional de Ushuaia.
"Un mensaje de paz"
“Fue un desafío deportivo y también un mensaje de paz y cooperación para un mundo que necesita más unión”, aseguró Matías Ota, el presidente de Nadando Argentina, quien agregó que “fue un honor ver a nadadores argentinos y chilenos enfrentando este reto”.
Además, la secretaria de Turismo de Ushuaia, Viviana Manfredotti, señaló que la travesía fue importante “no solo por lo que conlleva semejante prueba deportiva” sino porque además “fue un primer paso que dimos junto a Nadando Argentina para establecer a nuestra ciudad como fecha oficial del circuito de la natación en aguas frías a nivel internacional, lo cual trataremos de confirmar en poco tiempo”.
Al término del evento, se destacó la fortaleza física y mental de los participantes, que enfrentaron todas las inclemencias con éxito, redondeando una proeza colectiva que fue un símbolo del espíritu de confraternidad entre dos países hermanos, y que se quiso destacar con la experiencia.
El reconocimiento con un Oficial World Record coronó la aventura como una proeza sin precedentes en la historia de la disciplina, en las aguas gélidas de la región más austral del planeta.
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