Trelew: se peleó a las piñas con su pareja y lo asesinó de una puñalada

Un violento episodio que podría tener como trasfondo la violencia de género se registró en la madrugada del domingo en el barrio Inta de Trelew, cuando una mujer de 43 años apuñaló a su esposo de 54 en medio de una fuerte discusión, que aparentemente derivó en una pelea a trompadas.

La mujer, que afirmó haber actuado en defensa propia, aseguró que el hombre estaba borracho y que ella se defendió dándole golpes, primero, y luego apuñalándolo a la altura de la cintura, admitiendo el crimen.

El hombre fue trasladado al Hospital Zonal de Trelew, donde fue operado de urgencia pero igualmente falleció.

El crimen ocurrió alrededor de las 2 de la mañana y el primer testimonio que tuvo la policía sobre lo sucedido fue de la hija adolescente de la pareja.

Fue cuando agentes de la Policía de Chubut cumplían con su ronda de patrullaje habitual en la zona y fueron alertados por un peatón sobre una persona que estaba desmayada en la esquina de las calles Río Pico y Los Altares, con manchas de sangre en la cintura.

Según la comisario Valeria Luna, en diálogo con Diario Jornada, una joven menor de edad se acercó a los oficiales antes de que su padre fuera llevado al hospital, explicando que había tenido una discusión con su madre en el domicilio familiar, ubicado a una cuadra y media del lugar donde fue encontrada la víctima.

Interrogada por la policía, la mujer convalidó los dicho sde su hija y reconoció que tras una discusión con su esposo, quien según dijo estaba alcoholizado, ambos se golpearon mutuamente.

Durante la pelea, la mujer tomó un cuchillo y lo apuñaló en la cintura. Un primer indicio abona la versión de la mujer. Luna explicó que la presentaba un golpe en el rostro. Ese indicio hizo que la presunta asesina sea trasladada a la Comisaría de la Mujer para radicar la denuncia.

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La esquina de Río Pico y Los Altares, en Trelew, donde la vícitma fue hallada con manchas de sangre a la altura de la cintura.

La mujer quedó detenida a la espera de la audiencia de control, cuya fecha aún no ha sido confirmada, según informó la jefa policial. Ahora, se espera que la justicia investigue el hecho y -especialmente- a partir del testimonio de la acusada se evalúe si el homicidio encuadra en una situación de violencia de género.

El crimen, además, trascendió a pocas horas de que un tribunal de Chubut fallara en ese sentido en una causa por un resonante caso muy similar, sucedido recientemente en la provincia, en el que la pena a la asesina fue morigerada por ser víctima de maltrato de su pareja.

Un antecedente similar al caso de Trelew

El asesinado previo ocurrió en la localidad de Tecka el 3 de junio de 2023, donde Luciano Miranda murió apuñalado por su pareja, Violeta Caullán.

En esa ocasión, la fiscal María Bottini y el procurador Carlos Cavallo determinaron que Miranda había ejercido violencia de género durante años, y que esa noche la acusada se defendió ante una agresión.

Sin embargo, tanto la Fiscalía como la Defensa coincidieron en que Caullán se excedió en su defensa, por lo que fue condenada a cuatro años de prisión en un juicio abreviado, tras un acuerdo judicial que se dio a conocer en los últimos días.

Lo particular de ese caso fue la aplicación de la perspectiva de género para evaluar la responsabilidad de la acusada.

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La fiscal de Esquel, María Bottini

Se determinó que actuó en defensa propia, aunque de manera excesiva, considerando los antecedentes de violencia de género en la relación. Los episodios de violencia, agravados por el consumo de alcohol, llevaron a que la justicia comprendiera el contexto en el que ocurrió el crimen.

El fallo fue homologado por el juez Martín O’Connor, quien destacó que la aplicación de la Convención de Belem do Pará y las políticas públicas para erradicar la violencia de género obligan a revisar los paradigmas clásicos de la legítima defensa.

En su análisis, O’Connor señaló que al evaluar estos casos, es esencial considerar la violencia previa sufrida por la mujer y cómo esa historia afecta su percepción de peligro y su reacción frente a una nueva agresión.

En el caso de Caullán, la legítima defensa se justificó en el contexto de violencia que venía soportando, pero se concluyó que el uso de un arma blanca para apuñalar a la víctima implicó un exceso en su reacción defensiva.

Este antecedente podría influir en el proceso judicial que enfrenta la mujer de Trelew, especialmente si se acredita que la víctima había ejercido violencia de género de manera sistemática, o que el alcohol jugó un papel determinante en como desencadenante del trágico episodio.