Luego de que el Tribunal Superior de la provincia revocó un fallo que lo sobreseía, este miércoles acordó una pena de 3 años y 3 meses, de cumplimiento efectivo.
Este miércoles la Justicia de Chubut acordó una pena de 3 años y 3 meses de prisión de cumplimiento efectivo para Céscar “Chatrán” Hernández, un conocido estafador que a partir de ventas truchas en las redes sociales, engañó a desprevenidos de casi toda la provincia.
En una audiencia de juicio abreviado realizada este miércoles en los tribunales de Comodoro Rivadavia, luego de que fue revocado un primer fallo que lo sobreseía, el imputado aceptó voluntariamente su participación y responsabilidad en seis hechos de estafas simples.
Según informó el Ministerio Público Fiscal de Chubut, la pena de un año de prisión que ya había recibido se unificó con una condena anterior, estableciendo finalmente una condena única de 3 años y 3 meses de prisión efectiva.
Durante la audiencia de este miércoles, tanto el fiscal general, Ariel Corredera, como los defensores oficiales María Cristina Sadino y Gustavo Oyarzun, solicitaron la homologación del acuerdo, y por su parte el juez penal Ariel Tedesco adelantó que dará curso a esa petición.
En consecuencia, se puede decir que a casi diez meses de un primer fallo absolutorio, a Chatrán se le acabó el juego y va a la cárcel.
Sucede que el condenado tiene un recorrido bastante extenso como engañador serial, vinculado al menos desde 2016 a distintos hechos, con acusaciones de delitos como lesiones leves, abuso de armas, portación de arma de guerra sin autorización, estafa y evasión.
Según medios de Chubut, incluso, tenía vínculos con integrantes de la comunidad gitana que se dedicaban a la comercialización de autos robados. Y además, contaba con denuncias por manejo de una supuesta red de prostitución en las ciudades de Trelew, Rawson, Comodoro Rivadavia y Esquel.
Estafas por todo Chubut
Las estafas por las que finalmente condenaron a Hernández, según se pudo acreditar antes del acuerdo en juicio abreviado, se llevaron a cabo con distintas modalidades, dependiendo del tipo de bienes que ofrecía falsamente a la venta por Facebook.
Según detalló el Ministerio Público Fiscal, el mecanismo para el engaño solía comenzar con publicaciones de tentadores artículos en Facebook a buenos precios.
Obviamente, en las páginas donde el condenado publicaba sus oferta, utilizaba perfiles falsos en los que se hacía pasar por un experto comercializador de distintos rubros, según el artículo que utilizaba para captar a desprevenidos compradores.
En general, ofrecía artículos de rápida salida y alta demanda, como cubiertas de auto, materiales de construcción o teléfonos celulares. Siempre, por supuesto, a precios de mercado muy competitivos.
Una vez que le manifestaban interés en algunos de sus artículos, iniciaban conversaciones directas con sus incautos compradores, desde Facebook a través de Messenger, o eventualmente por WhatsApp.
En esa instancia, para concretar sus estafas Hernández exigía adelantos de dinero y pedía que los pagos se realizaran por transferencia a una cuenta bancaria a su nombre. Ese era el último contacto: concretado el pago, los productos nunca eran entregados. Y él no aparecía más.
El posteo en Facebook que lo delató
Las andanzas de Chatrán Hernández comenzaron a frustrarse en mayo de 2023, cuando la justicia de Chubut emitió una orden de captura en su contra, luego de que se ausentara de una audiencia que se le fijó en la Ciudad de Buenos Aires.
Pasaron varios meses en los que se desconoció su paradero, hasta que en enero de 2024 el estafador se vendió solo, casi ingenuamente, al publicar un reel en Facebook.
El posteo, realizado desde uno de sus perfiles falsos y que los investigadores ya tenían identificado como suyo, lo mostraba en varias fotos. En una de ellas se leía el nombre de un restaurant de Tigre, en la zona Norte del Gran Buenos Aires.
Luego de varias averiguaciones y gestiones en el lugar, una división de la policía porteña dedicada a dar con personas prófugas se trasladó hasta allíu y lo sorprendió cuando estaba sentado en una mesa, comiendo solo. Seguramente no llegó al postre: se lo llevaron detenido.
En mayo de 2024, un tribunal colegiado lo condenó a tres años de prisión efectiva. De las 18 estafas por las que fue acusado, realizadas entre el 30 de marzo de 2019 y el 11 de octubre de 2020, fue condenado en seis (en otras tantas llegó a un acuerdo con las víctimas a través de pago de compensaciones y en 5 fue abusuelto). Sin embargo, posteriormente fue sobreseído.
La fiscalía apeló la decisión y finalmente logró que el Superior Tribunal de Justicia analizara la causa y terminara revocando el fallo absolutorio.
Como resultado, se dio lugar al juicio abreviado realizado este miércoles, en el que se unificó la pena y se agregaron tres meses de prisión a la condena final.
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