De Santa Cruz a Chile, 17 días a través del hielo: la hazaña de dos expedicionarios argentinos
Salieron de El Chaltén y llegaron a Puerto Edén a través del inmenso Campo de Hielo Sur. Hicieron la travesía solos, sin ningún tipo de asistencia o ayuda.
Dos expedicionarios argentinos concretaron la hazaña de conectar la provincia de Santa Cruz y el sur de Chile en un viaje de 17 días a través de glaciares.
Marcos Luvini y Fernando Fernández salieron de la localidad de El Chaltén, dentro del Parque Nacional Los Glaciares, y después de más de dos semanas en el hielo, llegaron a Puerto Edén, un poblado de menos de 200 habitantes en el sur trasandino.
Para esto, atravesaron el Campo de Hielo Sur, la tercera extensión de hielos continentales más grande del mundo, solo superada por la Antártida y Groenlandia: cerca de 17 mil kilómetros cuadrados de hielo, de donde se desprenden casi 50 glaciares incluyendo el Perito Moreno, el Upsala y el Viedma.
Paciencia hasta para arrancar desde Santa Cruz
Luvini y Fernández salieron el 25 de octubre y llegaron el 10 de noviembre. Antes de eso, tuvieron que esperar 18 días en el Paso Marconi, uno de los accesos al Campo de Hielo desde El Chaltén, a que el clima les permitiera partir. “En ese tiempo aprovechamos para portear material, lo cual significa llevar comida y suministros a lo más alto que podíamos y esperar”, contó Marcos.
En cuanto la meteorología acompañó, salieron de inmediato. “No había margen porque ahí hay que ir con clima perfecto. Si bien requirió un montón de paciencia, valió la pena porque tuvimos tres días soleados en un lugar en el que no hay ningún tipo de margen de error”, agregó el expedicionario.
Siempre tuvieron planificado llegar a Puerto Edén, un pueblo diminuto entre los fiordos del Pacífico chileno, habitado por descendientes kawésqar, al que no se llega por tierra, solo por barco.
“Nuestro objetivo era llegar remando”, explicó Luvini. Avanzando de a poco entre los fiordos, en botes inflables, con la misma paciencia que tuvieron antes de comenzar, para esperar cada momento de clima apto para remar, llegaron al destino elegido.
En el camino hacia allí, acamparon frente al glaciar Pío XI —el más grande de Sudamérica— y luego cruzaron durante varios días un estero casi inexplorado, entre turba, selva helada y ríos. “Fue una gran aventura”, reconoció Luvini.
El regreso, un nuevo desafío
Por si hubiera sido poco el viaje desde El Chaltén a Puerto Edén, el regreso al punto de partida -en ferry hacia Caleta Tortel, 165 kilómetros al norte de Puerto Edén, y desde allí por tierra hacia Laguna del Desierto, en Santa Cruz- también se vio complicado por el temporal de viento que asoló la Patagonia el mes pasado.
El ideólogo de la travesía fue Fernández. Durante tres años, recorrió el Campo de Hielo Sur, hizo temporadas en El Chaltén y exploró el territorio. Así, empezó “a ver en el mapa” el cruce.
Juntos, con Luvini, hicieron el equipo perfecto: Fernando aportó el conocimiento del hielo y de una región de inmensidades difíciles de dimensionar, y Luvini, la experiencia náutica para avanzar en botes inflables por los fiordos. “Fue una buena dupla”, admitió Marcos.
El camino pondría a prueba su templanza. En la selva magallánica, por caso, llegaron a estar cuatro días para avanzar cinco kilómetros. A medida que avanzaban, además, empezaron a sentir los golpes y el cansancio. Ambos tenían experiencia en expediciones solitarias y eso fue clave.
El Campo de Hielo Sur, con su blanco interminable, fue un desafío más. “Lo que parece a 20 minutos termina estando a tres horas. Fer me decía: ‘Tranquilo, no vamos a llegar por apurarnos’.” Tenía razón.
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