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El Correo demora la reincoporación de una empleada en Trelew: a cuánto llega la multa que debe pagar

La Justicia Federal en Rawson lo ordenó en noviembre, pero lo siguen eludiendo, ahora con una curiosa exigencia. Ante las dilaciones, aumentaron el monto de la sanción.

No hay caso. Pese a sus años de experiencia en el Correo Argentino de Trelew y la orden de la Justicia para que la reincorporen, Olga Norambuena, de 46 años, sigue sin empleo y atravesando una situación cuanto menos insólita, plagada de dilaciones que le impiden volver a su escritorio en la oficina a la que, el 27 de abril de 2024, no la dejaron entrar más.

A casi 10 meses de aquella mañana en la que llegó a su trabajo sin haber advertido el mail de despido que le había llegado horas antes, una nueva determinación de la Justicia aumenta la presión para que el correo acate una orden que viene eludiendo desde hace cuatro meses: reincorporarla.

Ante las demoras, el juez federal de Rawson, Hugo Sastre, elevó en las últimas horas el monto de la multa diaria por el incumplimiento de la medida que dispuso previamente: de $500.000 por día, la suma ascendió a $800.000 diarios. Un 60% mayor.

Sin embargo, la empresa estatal sigue presentando recursos para evitar la reincorporación y estirando otra vez los tiempos.

En el momento de su despido, en medio de una fuerte reducción de personal a nivel nacional debido al ajuste del gasto del Estado implementado por el gobierno nacional, la empleada –que es graduada de la Universidad Nacional de la Patagonia (UNPSJB)– se desempeñaba como ejecutiva de cuentas pymes y responsable de la logística electoral en la oficina de Trelew.

Un examen preocupacional

Lo último que se conoció respecto a su demorada reincorporación es que, como si la mujer fuera una novata aspirante a un puesto en el correo, le pidieron un examen preocupacional.

Prolija, Norambuena cumplió la nueva exigencia y se presentó en las oficinas médicas del correo. Pero en paralelo, sus abogados plantearon ante el juez que resulta inaceptable que se le pida un examen preocupacional, como si se tratara de un requisito para dar cumplimiento a una orden judicial.

En realidad, se trata de la vuelta más reciente en el sinuoso camino que viene recorriendo el Correo Argentino desde el 14 de noviembre, cuando pese a la orden de reincorporación de la Justicia, volvieron a impedir la entrada de la empleada a la sucursal de la ciudad chubutense.

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En ese momento, sostuvieron que como la oficina en la que trabajaba la mujer había sido disuelta, y su puesto ya no existía, no tenían cómo cumplir la orden judicial.

Así, ganaron unas cuantas semanas, hasta que el 11 de diciembre, se confirmó el fallo que le daba al Correo tres días hábiles de plazo para otorgarle tareas a Norambuena.

En esa oportunidad fue cuando se fijó una multa en caso de incumplimiento: deberían pagarle $500.000 por cada día de demora, cifra que ahora sumó $300.000 adicionales.

La propuesta de ser ñoqui en Trelew

Esa medida coercitiva del juez tampoco alcanzó para forzar la reincorporación. Cuando se cumplió el nuevo plazo fijado, desde el Correo Argentino llegó una extraña propuesta: pagarle el sueldo sin que fuera a trabajar, como si se tratara de un ñoqui.

Lejos de aceptar cobrar por no hacer nada, la mujer insistió. Y a días del fin de año, el juez Sastre rechazó el ofrecimiento y mantuvo firme la disposición de que se efectivice la reincorporación, como ya había sido dispuesto.

Los abogados de la mujer, que pasó Fin de Año todavía sin su trabajo pero algo más esperanzada, esperaban novedades durante enero. Pero hasta ahora, lo único que sucedió fue el pedido del preocupacional. Y otra medida del juez, que subió el monto de la multa.

Multiplicados por la cantidad de días de incumplimiento, los $800.000 diarios a percibir por la mujer en concepto de multa por incumplimiento ascenderían ya a nada menos que $80.800.000, correspondiente a 101 días de demora.

La cifra, probablemente más alta que una eventual indemnización, sin embargo, no significa para Norambuena una tentación para sentarse a negociar una salida acordada de su trabajo. Como cuando le propusieron ser ñoqui, lo rechaza. Ella quiere hacer su trabajo. Y que le paguen un sueldo.

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