Mily, la perra de Comodoro Rivadavia que encontraron tirada en un zanjón y le ganó a la leucemia

Hoy Mily está bien, en Rada Tilly, con su familia que la rescató de un zanjón en Comodoro Rivadavia. Pero sus seis años de vida fueron de lucha, en especial contra una leucemia que consiguió superar gracias al único veterinario oncólogo de Chubut y de toda la Patagonia.

Ana Lohaiza fue quien rescató a la perra de un zanjón de Comodoro Rivadavia y la llevó a su casa.

“A Mily la encontramos en Kilómetro 8, en un pozo donde no había nadie. Estábamos recorriendo los campos y la vimos en un zanjón con mucho calor en pleno febrero, creo que otro día no aguantaba. La sacamos de ahí y la llevamos al veterinario. Él la curó, le dio vitaminas y siguió su vida normal”, recordó la vecina comodorense.

Tres años después comenzaron los problemas, cuando la perra fue diagnosticada con una discopatía cervical. El veterinario que atendió a Mily le recomendó a Ana que la perra hiciera kinesiología, pero le advirtió que era difícil que volviera a caminar.

“Hicimos todo lo que debíamos hacer”, detalló Ana, y agregó que incluso trataron a Mily con aceite de cannabis.

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Comodoro Rivadavia: Mily en la veterinaria donde la operaron.

“Ella me pedía hacer pis afuera porque es inteligente y no hace adentro. La sacábamos arrastrando en una sábana hasta el patio, pero un día la sacamos e intentó pararse, hasta que terminó caminando. Caminaba y se caía, hasta que de golpe caminó normalmente”, aseguró.

De Comodoro Rivadavia a Rada Tilly

Hace un año, Mily volvió a enfrentarse con un serio problema de salud. “En febrero de 2024 empezó con una ceguera. Me di cuenta porque le acerqué una galletita y no la veía -explicó Ana-. El veterinario de Kilómetro 8 me dijo que había que hacerle un estudio porque era una situación complicada y nos recomendó a un oncólogo canino en Rada Tilly llamado Juan Gachen”.

El panorama con el que se encontraron fue más que complejo: Gachen le hizo los estudios necesarios a la perra y detectó que tenía leucemia.

“Nos recomendó un tratamiento y lo empezamos, pero cuatro meses después le creció un ganglio gigante en la garganta”, contó Ana.

El veterinario descartó la posibilidad de internarla porque Mily ya estaba muy mal. Pero sugirió una alternativa: darle una droga “que era muy fuerte”, sin garantías de que fuera a funcionar.

“Tenía 20% de chances de sobrevivir. Al aplicarle el medicamento podía hacerle estragos en el cuerpo”, explicó la dueña de la perra. Sin embargo, sin otras opciones, decidió avanzar con el tratamiento.

La curación definitiva

Hoy, Ana cree que lo que ocurrió con Mily es por un lado un milagro y por otro, un enorme mérito de su médico.

“Era algo imposible, pero al día siguiente el doctor dijo que Mily aguantó, y le sacó el ganglio gigante que tenía en el cuello”, explicó.

“Me dijo que la curara con miel y ahí empezó una quimioterapia tras otra. Tenía recaídas, además de que también tenía que hacerse análisis”, contó.

Fueron dos sesiones por mes de quimio, durante casi un año. “Ella se caía y yo me asustaba, los glóbulos blancos bajaban, pero después volvían a subir”, relató.

Otro aspecto complejo fue el económico. Ana afirmó que tanto ella como su familia dejaron todo por Mily para que pudiera salir adelante. “Por mes gastamos hasta 300.000 pesos. Llegábamos a fin de mes recontra justos, pero lo estábamos haciendo por ella. Lo intentamos todo, hasta que ella salió”, aseguró.