De los tres que se escaparon la semana pasada, ya hay dos detenidos. Fuertes críticas del ministro de Seguridad de Chubut al otorgamiento indiscriminado de domiciliarias.
Dos de los tres detenidos que se fugaron de sus prisiones domiciliarias en la ciudad de Trelew, ya se entregaron a la Justicia de Chubut. El último en hacerlo fue José Luis Currumán, quien había cortado la tobillera electrónica para escapar de la casa del barrio Unión donde estaba detenido.
Anteriormente, también se había presentado ante la Justicia Leandro Ramón, condenado como partícipe del robo y asesinato a una jubilada de 86 años. Ramón también rompió el dispositivo electrónico y huyó de su vivienda después de haber mantenido una fuerte discusión con su pareja, con quien convivía. Poco después, se entregó acompañado por su abogado.
En cambio, aún se desconoce el paradero de Hugo Severo Torres, un hombre con 18 causas en la justicia que, pese a su frondoso prontuario, permanecía desde fines de abril detenido en una casa del barrio Inta sin tobillera y “bajo palabra de honor”, por decisión de la jueza Lilian Bórquez.
Trelew: otra vez domiciliaria o cárcel común
Currumán se presentó en la Fiscalía de Trelew este miércoles, cinco días después de haberse dado a la fuga, según confirmó el jefe de Penitenciaría de la Policía de Chubut, Gabriel Araujo.
Estaba detenido en prisión preventiva por un período de seis meses, mientras se investiga un presunto intento de ahogar a su expareja en el Río Chubut, que habría tenido lugar en febrero último cuando ya pesaba sobre él una orden de restricción de acercamiento.
Ahora deberá resolverse en Tribunales si le mantienen el beneficio de la domiciliaria o lo alojan en una celda común.
Su fuga obligó a intensificar la seguridad en torno a su expareja, con rondas policiales preventivas, ya que se temía que intentara contactarla y atacarla, algo que finalmente no ocurrió.
Mientras tanto, continúa prófugo Hugo Severo Torres, cuyo caso fue eje de una fuerte polémica entre la jueza Lilian Bórquez y el gobierno de Chubut.
Torres ya se había fugado en una ocasión anterior en la que fue recapturado, y no tenía tobillera electrónica porque, después de romperla en aquella huida, la jueza Bórquez le concedió la domiciliaria "bajo palabra de honor", ante la negativa del Ministerio de Seguridad de reponer el dispositivo electrónico.
La polémica con el ministro de Seguridad
La jueza llegó a denunciar públicamente al ministro de Seguridad, Héctor Iturrioz, por la falta de control y amenazó con dejar en libertad al imputado si no se le proveía una nueva tobillera. Sin embargo, finalmente se optó por confiar en la promesa verbal de Torres.
Esa promesa duró solo dos meses, hasta el miércoles de la semana pasada cuando volvió a escaparse de la casa de su madre, donde debía permanecer. Según fuentes oficiales, no tenía ningún tipo de custodia ni monitoreo electrónico.
Tras las fugas de la semana última, Iturrioz criticó fuertemente el otorgamiento de domiciliarias a delincuentes con antecedentes. “Tenemos que saber que estamos poniendo en riesgo a la sociedad”, se quejó.
Además, dijo que las tobilleras “sirven para autores primarios, en prisión preventiva, que aún son inocentes y pueden verse perjudicados si se los mezcla con otros internos. Pero no para delincuentes habituales con numerosas causas, como el caso de Ramón, que tiene antecedentes por delitos violentos”.
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