Rosana Artigas: videntes develaron datos estremecedores del femicidio
A la rigurosa investigación se le sumaron elementos que están en otro plano y que estremecieron a funcionarios de la Policía y la Justicia. Creer o reventar.
El detrás de escena del femicidio de Rosana Artigas tiene un par de detalles que guste o no, son para creer o reventar. Si hay distintos planos de existencia, energías perceptibles o fenómenos paranormales no es algo de lo que pueda dar certeza, solo sé que hubo hechos que movilizaron y estremecieron a policías y funcionarios del poder judicial.
Hay que ponderar que nada de esto trascendió en su momento a la familia de Rosana porque hubiese sido como arrojar querosén al fuego. En esos momentos de tanta angustia para la familia, la fiscalía de Homicidios y el departamento de Seguridad Personal de la Policía se manejaron con total profesionalismos.
Así fue que lograron que la causa esté prácticamente esclarecida porque José Fernández está detenido y acusado por el femicidio de Rosana.
Las evidencias con las que se cuenta para llevarlo a juicio son contundentes, por lo que es de esperar que sea condenado a prisión perpetua.
Ahora, recorreremos la investigación y atravesaremos zonas que pueden generar, incomodidad, sensaciones encontradas, dudas y de fondo, una total ausencia de respuestas porque la certeza de los hechos que narraremos está en el plano de las creencias de cada uno.
Búsqueda
Rosana Artigas estaba desaparecida desde el 23 de noviembre y su familia sospechaba que José Fernández, su ex, tenía algo que ver. Digamos que tenían la íntima certeza, pero no como demostrarlo por eso fue que se realizó la denuncia.
Con Fernández, Rosana tenía un hijo y ella le había ayudado a criar a los tres hijos que tenía él de dos relaciones anteriores.
La separación de Rosana y Fernández comenzó en octubre de 2022 y se terminó materializar en diciembre cuando él le dio un cachetazo.
Todo derivó en una denuncia en el Juzgado de Familia que de inmediato impuso una restricción de acercamiento que se cumplió y que luego se venció y no se renovó.
Detalle: fuentes judiciales confiaron LMN que tanto Rosana como Fernández estaban con sus respectivos abogados transitando el proceso sin ningún tipo de altercado.
Pero volvamos a la búsqueda, la denuncia radicada por la familia puso a la fiscalía de Homicidios y a Seguridad Personal a trabajar de lleno en el caso.
Las pesquisas fueron de manual. Relevaron cámaras y rastrearon los celulares de Rosana y Fernández. Se pudo establecer los impactos de ambos aparatos y el momento y lugar justo donde se apaga y desaparece el móvil de Rosana. Fernández lo descartó a las 10:52 del 23 de noviembre en Centenario en inmediaciones del ex peaje. Todo está más que probado.
A esa altura, la familia de Rosana estaba inmersa en el dolor. Algunos imbuidos en la angustia y otros solicitando ayuda por las redes, participando de marchas y apareciendo en los medios en una carrera contra el reloj.
El paso de las horas desvanecía la esperanza de encontrar con vida a Rosana por lo que en paralelo también se exploraba el costado de la fe. Es decir, se buscaba respuesta en todos los planos. Fue así que se iniciaron cadenas de oraciones que se viralizaron más allá de Plottier y la provincia.
La desesperación conduce a caminos que a veces las personas no han explorado y cuando hay un familiar desaparecido o en riesgo se acude a todos los recursos posibles.
Mientras los Artigas hacían todo lo que podían y estaba a su alcance, desde la razón y la fe, los investigadores sabían y eran conscientes que ya no buscaban una mujer viva, trataban de encontrar un cadáver.
El manual de criminología indica que, en estos casos, pasadas las 72 horas es prácticamente nula la posibilidad de dar con la persona con vida, salvo en los secuestros extorsivos. En todos los otros casos, al menos en el 90 por ciento, la muerte de la persona se produce en las primeras horas de la desaparición. Después devienen las maniobras de descarte. Ahí, hay una ventana de tiempo que deben explorar a fondo los pesquisas porque está la clave para dar con cuerpo.
Lo tremendo es que se agoten los recursos, se cierre la ventana y no se encuentra nada. Basta recordar los casos de Sergio Ávalos y de Natalia Ciccioli.
En el séptimo día
Eduardo es empresario, tiene la sede de su firma en el Parque Industrial y es un hombre de familia y de bajo perfil. Si uno lo cruza por la calle es un ciudadano más.
Desde hace unos años aprendió que tiene una cualidad, habilidad o don, como quieran llamarlo, por el cual logra decodificar la energía de las personas.
Un alto funcionario de la Justicia neuquina, de casualidad conversó con Eduardo durante la búsqueda de Rosana. Ese tema surgió en la charla porque la agenda mediática lo imponía. Todos querían saber qué había pasado con Rosana.
Lo que le dijo Eduardo en confianza al funcionario judicial generó tal impacto que, ante la duda, la desesperación y el vértigo que generaba la búsqueda de Rosana, lo pusieron en contacto con este periodista.
Dialogamos por espacio de 40 minutos el martes 28 de noviembre al anochecer. Eduardo no parecía ser un desquiciado ni de esos tipos que se creen ungido por una divinidad. De hecho, no quería prensa y tampoco hablar ni con familiares ni con las autoridades a cargo de la investigación.
La charla incluyó algunas explicaciones de cómo fluyen las energías y cómo accede a esa información que parece estar flotando en el aire y entre distintos planos.
Luego, me aseguró que “Rosana no está en este plano. Yo recién al séptimo día de fallecida, la puedo contactar y ubicar en un mapa”.
Su tono de voz no varió, no les dio espectacularidad a sus dichos, no hizo ningún rezo ni invocó a nada ni nadie. Lo contó con naturalidad y solo pidió discreción.
De hecho, quedamos en reunirnos, pero la investigación entró en una espiral de datos claves que relevaron los pesquisas y se concluyó con el hallazgo del cadáver de Rosana el 1 de diciembre, alrededor de las 15:30, en aguas del río Limay en la zona de China Muerta.
Si lo de Eduardo puede generar cierto estremecimiento, lo de Mercedes puede que los impacte mucho más.
La médium y su croquis
En el intento por encontrar a Rosana, familiares y amigos exploraron distintos caminos. Al de la cadena de oraciones se sumó un pedido a una comunidad de personas que tienen capacidades extrasensoriales.
“Es un don que tengo”, dice Mercedes que es chaqueña, pero vive en Tucumán y participa de una red de personas que tienen su misma condición o parecida.
“Soy una médium psíquica”, describió la mujer en diálogo con LMN.
“Tenemos un grupo de búsqueda de personas a nivel nacional”, contó la médium que detalló “una colega neuquina pidió en el grupo de WhatsApp, que es cerrado, colaboración para ayudar a encontrar a Rosana”.
Mercedes no conocía a Rosana hasta que la vio, pero en otro plano de existencia.
El pedido lo recibió el 29 de noviembre, cuando se realizaban rastrillajes en la zona rural de Plottier y Centenario.
“Al otro día a la mañana entré a un cuartito donde tengo a mis guías y recé”, dijo Mercedes que explicó que para transitar por el otro plano de existencia es necesario invocar a guías que pueden ser divinidades o personas queridas que hayan fallecido.
En el caso de la médium chaqueña sus guías son Jesús, María y el Arcángel San Miguel, una triada casi tan importante como la del Espíritu Santo para la fe católica cristiana.
En ese rezo pidió a sus guías que la conduzca a dónde estuviera Rosana. En medio de una suerte de trance que dura solo unos minutos, Mercedes pudo ver, como si fuera a bordo de un dron, la muerte y el recorrido final del cuerpo Rosana hasta el lugar de su descarte.
Para las personas que creen, su relato genera un estremecimiento y para quienes son racionales buscan desarticularlo con hechos y datos facticos.
Lo que vio la médium, ayudada por sus guías, lo anotó en un papel fechado el 30 de noviembre y luego le hizo una foto con el celular y se lo mandó por WhatsApp a su colega neuquina.
Ese mismo día, un alto funcionario de la Policía neuquina recibió el escrito que además de incluir el dato preciso de que a Rosana “la estrangularon” daba cuenta de un croquis con la ubicación del cuerpo.
Al día siguiente, Rosana apareció en inmediaciones de ese lugar. Creer o reventar.
“Mi colega de Neuquén me envió un audio donde me contó que la encontraron tal como lo había descripto. Cuando me enteré lloré, porque al menos esa familia va a tener un poco de paz y porque van a tener un cuerpo para llorar”, sinceró la médium que en ningún momento buscó popularidad ni mantuvo contacto directo con los familiares de Rosana.
El alto mando policial que recibió el escrito confió a este medio: “Después que se encontró a Rosana, uno ve el croquis y algunos detalles que brindó esta mujer y te quedas congelado”, sintetizó.
Si bien los datos no tuvieron la precisión de un GPS hay coincidencias como el acceso al lugar y la descripción de un árbol frondoso en una zona descampada, similar al que había en el lugar donde apareció el cadáver.
¿Y qué pasaba con la investigación?
La información brindada por Mercedes fue contemplada por la Policía y nunca se descartó.
Lo cierto es que, a esa altura, los investigadores estaban imbuidos de lleno en la búsqueda porque habían conseguido establecer el perfil geográfico de Fernández, es decir, todos los movimientos que realizó el 23 y las horas previas.
Por ese motivo, hubo un derrotero de medidas judiciales como allanamientos, incorporación de nuevas cámaras que fueron clave.
La noche del 30, los investigadores ya sabían que tenían que buscabar un tambor de 200 litros. El dato surgió durante un allanamiento en la casa de allegados de Fernández.
“Pidió que dejara el tacho a mano que a la noche lo buscaba”, fue la frase que centro la investigación sobre dicho tambor. “Había que encontrarlo”, confió un pesquisa a LMN.
Hubo un testimonio clave de un vecino de Fernández, que lo observó cargar algo parecido a un mueble en la caja de su camioneta Renault Oroch. Evidentemente era el tacho.
Después, hay cámaras que lo ven transitar camino a China Muerta en las que se ve que lleva dicho objeto en la caja de la camioneta. Nueve minutos después, vuelve a pasar el mismo lugar ya sin el objeto.
Esa era la clave del descarte. Ahora, los investigadores tenían que saber a donde fue y volvió en esos nueve minutos.
De ese total de tiempo, se calculó que manejó entre 3 y 4 minutos para llegar al lugar del descarte y luego habría tenido uno o dos minutos para deshacerse del tacho y volver a conducir hasta aparecer de nuevo en la cámara que lo mostraba regresando sin el tacho.
Fue así que se cruzaron los datos de geolocalización de celular de Fernández y se hicieron tres recorridos distintos cronometrando esos nueve minutos.
Se estableció como lugar de búsqueda la zona ribereña a la que se accede por la feria del Mangrullo.
Todos los efectivos del Departamento de Seguridad Personal fueron trasladado a la zona. A las 14 iniciaron la búsqueda en concreto del tacho.
Una hora y media después, a las 15:30, el canto del tacho brilló y un policía lo vio dentro del río a unos cinco metros de la costa debajo de un árbol frondoso.
El efectivo se arrojó al agua y advirtió que era un pozón. Sostuvo por las dudas el tacho para que no se llevara la corriente y lentamente lo corrieron a la orilla mientras los peritos de Crimalística del Poder Judicial venían en camino para analizar el área de descarte que fue perimetrada en unos 800 metros a la redonda.
Adentro del tambor estaba el cadáver de Rosana. Los forenses determinaron que la muerte fue por estrangulamiento, detalle que había dado un día antes la médium a un alto mando policial, y pegado al cuello tenía una soga.
Nobleza obliga: la fiscalía y los pesquisas, que ya habían allanado la casa de Fernández y no habían encontrado evidencias biológicas en el lugar presumían que Rosana había sido estrangulada.
Además, sabían que Fernández había trabajado como Director de Espacios Verdes en la Municipalidad de Plottier por lo que conocía todos los rincones como la palma de su mano y si a eso se le agrega la conciencia forense del asesino, queda en claro que los investigadores tuvieron una ardua tarea para esclarecer el caso que se extendió durante nueve días de mucho vértigo.
Ahora, ¿cómo supo Eduardo que Rosana estaba muerta? ¿cómo pudo Mercedes hacer un croquis tan similar y acertar en la modalidad de la muerte?
Estas son preguntas que se pueden responder desde la ciencia y la fe. Que cada uno abrace su librito.
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