La mujer permanece internada. Vinculó a su ex, un ex integrante del Servicio Penitenciario Federal, y a otros dos hombres con la desaparición de la joven.
Una mujer salteña vinculó a su ex marido por la desaparición de la joven María Cash y luego denunció que fue brutalmente golpeada y torturada por dos personas que entraron a su casa.
La denunciante, una mujer de entre 45 y 50 años, vinculó a su ex en la causa que investiga la desaparición de la joven, quien fue vista por última vez en julio de 2011. La presentación judicial fue realizada en una fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires, según informó el abogado de la familia Cash, Pedro García Castiella.
Tras esa presentación judicial, la mujer regresó a Salta para confirmar su denuncia y ahí fue cuando habría recibido una salvaje agresión por parte de dos personas en su domicilio. Su ex marido es integrante del Servicio Penitenciario Federal y la denuncia también apunta a otros dos compañeros de él.
Según publicó el diario El Tribuno, la mujer permanece internada con custodia policial en el hospital San Bernardo tras denunciar que fue golpeada con palos y tajeada en el cuerpo con la inscripción "El macho siempre gana", frase que los hombres le repitieron al oído cuando la abordaron en su casa.
García Castiella confirmó a los medios el hecho y aclaró que, antes del ataque y cuando la mujer fue a Salta a "ratificar la presentación", no había querido declarar porque pedía protección previa y asistencia psicológica.
Por otro lado, el letrado fue cauto al opinar acerca de la veracidad de la denuncia y señaló que debe ser sometida a verificación. "La vinculación de sus dichos con la causa de María Cash las tenemos que verificar y corroborar. El Juzgado ha llevado adelante medidas para chequear la veracidad de los dichos. No implica un giro en la causa, sino que es una de las tantos testigos que se han presentado", sostuvo en declaraciones radiales.
El caso
María Cash desapareció tras partir el 4 de julio de 2011, desde la terminal de Retiro hacia la provincia de Jujuy, para dirigirse a la casa de un amigo. Lo último que se sabe con certeza es que varios kilómetros antes, en la ciudad salteña de Rosario de la Frontera, bajó del ómnibus porque se sentía “incómoda”, según revelaron sus familiares.
Posteriormente, se comprobó que hizo dedo a al menos una camioneta y un camión, que la transportaron primero hacia el este y luego hacia el sur, en dirección a Santiago del Estero. El último contacto que la joven tuvo con sus allegados se concretó por mail, el 8 de julio de 2011.
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