Acribillados con olor a ajuste de cuentas en Boedo
Eran peruanos. Viajaban en un taxi que, cuando se detuvo en un semáforo en ese barrio porteño, recibió al menos 30 balazos.
Eran cerca de las 23:30 y faltaban unas seis cuadras para que llegaran a destino. Pero nunca lo harían. En el cruce de Castro Barros y Chiclana, entre dos y tres hombres se bajaron de un auto que se puso a la par del taxi cuando este frenó en el semáforo de esa esquina de Boedo. Los acribillaron a balazos.
Una de las víctimas murió en el acto, mientras que la otra falleció ayer bien temprano a la mañana en el Hospital Penna. Tenía ocho orificios de bala en el cuerpo.
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