La dura infancia de Ludovica Squirru, la exitosa astróloga que fue golpeada por las tragedias
La especialista en el horóscopo chinotuvo una infancia marcada por la personalidad de su padre. Por qué debió salir a trabajar cuando era una nena.
Las predicciones de Ludovica Squirrula transformaron en best seller desde hace 40 años, cuando se convirtió en la voz autorizada del Horóscopo chino en Argentina y en toda la región. Pero antes de ser una escritora reconocida, vivió una infancia compleja y de sacrificios, fue actriz y sintió que “tenía mil mujeres adentro que buscaban distintas maneras de expresarse”.
Su vida ya parecía marcada desde el momento en el que la bautizaron. Ludovica significa “la que hace sola”. El nombre, que le pesó cuando era niña, lo heredó de su madre, a quien bautizaron así cuando nació en la Selva Negra de Alemania. Pero al llegar a la Argentina en 1922 la obligaron a cambiarlo y pasó a llamarse María Luisa.
“Cuando se casó con mi papá, se lo contó y él le dijo que cuando tuvieran una hija la llamarían Ludovica. De chica sufrí mucho por las bromas, pero cuando Tato Bores me descubrió en los ochenta, empecé a amarlo”, reveló la escritora sobre la manera en la que cambió la percepción sobre su nombre.
La juventud trabajadora de Ludovica Squirru
Ludovica Squirru Sari, que dio sus predicciones sobe las elecciones, fue hija del primer cónsul argentino en China, una cultura que la marcó desde muy pequeña. De chica tuvo que salir a trabajar porque veía el esfuerzo de su mamá para pagar las cuentas de la casa con su padre ya retirado. Ludovica vendió revistas por las calles de Parque Leloir, donde creció, y menta de la huerta de su casa.
"Yo me crié como una china. Tanto a mi hermana como a mí, nos hacían hacer trabajo de fuerza desde chicas. Y por las noches papá nos contaba su viajes, las cosas que había aprendido en Shanghai. Así, me fue inculcando una fascinación por esa país de fantasía y misterio desde muy pequeña”, recordó Ludovica Squirru.
La experta en el Horóscopo chinoremarcó lo positivo que le dejó su papá, Eduardo Squirru: “Yo tengo herencia cultural y espiritual. Ni un mango nos dejó. Mi papá decía ‘No voy a dejar para que me hereden’. Mi papá fue cónsul en la primera embajada argentina. Mi papá nos daba clases de tao, kung fu, comía con palitos chinos”, explicó.
La temprana muerte de su padre y una tragedia
La herencia espiritual que le dejó su padre la abrazó con el corazón cuando murió inesperadamente, muy joven. "A los 15 años la muerte de mi papá abrupta en esta quinta que vivíamos en Leloir. Era un hombre joven, deportista. Él nos decía que tenía corazón de atleta y que se iba a morir joven. Era un toro, domaba caballos”, comentó Ludovica Squirru.
“Nos fue a buscar al colegio -ya tenía una embolia- y a la tarde muere repentinamente. No poderme despedir ni verlo me marcó muchísimo. A los dos años se nos quema la quinta donde vivíamos en Parque Leloir y yo casi muero quemada", contó en PH, Podemos hablar sobre dos hechos que la marcaron en su adolescencia.
"Estábamos durmiendo y perdimos materialmente todo. O sea, yo de los 17 años para atrás no tengo nada, ni un recuerdo, nada porque se quemó la casa íntegra. Me salvé… el techo se caía encima, ahogada. A los 15 muerte de mi padre, a los 17 quemada, pero tuve una infancia muy feliz", comentó.
De actriz a estudiar los cielos
Antes de ser best seller y de vender miles de copia de su Horóscopo chino cada año, Ludovica Squirru trabajó como actriz tras haber estudiado en el conservatorio de arte dramático y escribió columnas para varias revistas. “Imaginé que iba a seguir lo que intuía. Eran sueños premonitorios, cosas que se cumplían. Sentía que iba a tener una vida relacionada con el cielo, con lo cósmico”, dijo sobre esos años.
“Me gustaba mirar el cielo y estudiar las constelaciones. Escribir siempre fue algo natural, y al mismo tiempo fui actriz y con mucho éxito. Luego llegó el momento de decidir, o me dedicaba a la actuación o seguía investigando el cielo y estudiando. Entonces decidí cultivar una “ciencia” que acá no se conocía: el I Ching, la astrología china”, resaltó.
Sobre su trayecto profesional, Ludovica cuenta cómo llegó a la fama: “Tato Bores me descubrió. Me hice famosa de la noche a la mañana. Me descubre un editor de revistas y empecé a hacer el Horóscopo chino. Empecé con un personaje en joda, y éxito total. Yo siempre escribí y ahí saqué mi primer libro”.
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