El testimonio clave que condenó a Capex por la muerte de los conejos

El veterinario Ceferino Chadia contratado por la provincia para hacer el seguimiento del Programa Procone, Programa Conejo Argentino, atestiguó en la causa sobre los sucesos ocurridos entre 2007 y 2008.

En el ojo de la tormenta estaba la firma de generación de energía eléctrica y de exploración y explotación petrolera ubicada en Plottier, en el yacimiento Aguada del Cajón, no cumplimentó los estudios de impacto ambiental requeridos y terminó afectando a un proyecto de cunicultura donde las pericias confirmaron que las vibraciones y estruendosos ruidos provocaron la muerte de más de 3000 conejos.

Si bien los abogados de Capex hicieron distintas maniobras para desarticular los informes periciales realizados por un ingeniero y un mecánico sobre el impacto que genera la actividad sobre el medio ambiente, el juez Gustavo Belli no se dejó intimidar y ratificó las actuaciones de los expertos.

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Además, quedó al desnudo que la firma Capex había hecho estudios sin contemplar el contexto. De hecho una fuente reveló a LMN: “Capex hizo un estudio de escritorio sin contemplar el territorio y las afectaciones sobre otras actividades. Lo peor de todo es que los organismos oficiales lo aprobaron sin corroborar nada”.

Así murieron los conejos

El magistrado Gustavo Belli tomó el testimonio del veterinario Ceferino Chandia que estaba a cargo del Programa Conejo Argentino y que develó toda la trama que terminó hundiendo a Capex.

“Tengo conocimiento de que llegó gente a trabajar, gente atrás de la chacra del predio de cunicultura, con camiones, grúas, camionetas y caños, eso era lo que se veía. En una de mis visita al lugar, que se hacían semanales a cada productor, se sintió como una vibración en el suelo, un ruido. Vibraron todas las jaulas, los conejos se movían, se desesperaban y eso hizo mover todo el establecimiento. Y a raíz de esos ruidos algunos animales murieron, que son los que están en las fotos", dijo Chandia.

Fotos que fueron parte de la prueba del caso a las que logró acceder LMN.

Chandia recordó que "también en ese momento, a las visitas nuestras se sucedieron muertes por goteo. Esto es, un día se murieron 20, otro 30, 50 y esas muertes por goteo presentaban todos los mismos síntomas y signos clínicos que eran timpanismo y diarrea, algunas sanguinolentas, pero todos morían de los mismo”, detalló el veterino del Procone.

Además, agregó: “ también morian conejos de infarto de miocardio, lo que sería un paro cardíaco. Esto se debe a que el animal en la naturaleza tiene el instinto de huida ante una amenaza, entonces libera un neurotransmisor que se llama adrenalina , este animal estando en cautiverio también lo libera, fisiológicamente actúa de la misma manera y al estar en cautiverio no tiene escapatoria, eso provoca tal tensión en el animal que se termina infartando”.

Con los dichos de los peritos, al juez ya no le quedaban dudas sobre la incidencia de la actividad hidrocarburífera sobre la muerte de los conejos y la quiebra del proyecto cunicultor.

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De esa forma, el magistrado falló condenando a Capex y lo obligó a pagar una suma que en un principio rondó los 77.500 pesos en agosto de 2019.

Pero luego se insistió con la acción legal mediante el daño moral y a futuro porque el efecto Capex dio por tierra con un proyecto prometedor.

Luego de varios informes contables sobre espectativas de costos, negocios y hasta exportación de carne de conejo. Las juezas Patricia Clerici y Cecilia Pamphile dieron la derecha a la parte afectada y el monto trepó a 152 mil pesos.

Si bien el monto a pagar no es gran cosa para Capex, sí lo es para el cunicultor. No obstante, el precedente que genera sobre el impacto de la actividad hidrocarburífera sobre el medio ambiente es sumamente importante.