El increíble pasado como limpiavidrios de Fabián Cubero: "Los dejaba impecables"
El ex jugador de Vélez trabajó desde muy chico para ayudar a su familia, mucho antes de casarse con Nicole Neumann y de su vida junto a Mica Viciconte.
Retirado luego de 25 años de carrera, Fabián Cubero disfruta de su familia ensamblada con Mica Viciconte en medio de las polémicas con su ex esposa, Nicole Neumann, en una vida que él mismo dijo que jamás soñó en su Mar del Plata natal, cuando juntaba las monedas para ir a entrenarse y trabajaba de todo: incluso de limpiavidrios.
El ex capitán de Vélez, que colgó los botines en 2020 y hace poco tuvo su partido homenaje en Liniers, tuvo una infancia feliz, pero lejos de los lujos que luego pudo darse gracias a su extensa carrera deportiva, en la que debutó en 1996, un año antes de ser campeón del mundo Sub-20 en Malasia 97.
En aquel Mundial juvenil Fabián Cubero cumplió uno de sus grandes sueños y empezó a cimentar una trayectoria que lo llevaría a ganar siete títulos en Vélez, club en el que se convirtió en el jugador que más veces se puso esa camiseta en su historia. Claro que antes de esos logros y de las peleas mediáticas con su su ex, Nicole Neumann, hubo una vida llena de sacrificios.
La infancia feliz de Fabián Cubero
El propio Fabián Cubero contó que tuvo una infancia divertida en Mar del Plata, antes de mudarse a Rosario a los 16 años para probar suerte en Renato Cesarini. “Siempre fui chispita. Me padecieron mis hermanos. Yo soy el del medio. Mis tardes se dividían entre ir a la escuela y jugar en la calle con mi hermano”, comentó.
En esos primeros años, Cubero jugaba al fútbol y a los autitos mientras daba sus primeros pasos en el club Kimberley. “Hacía renegar mucho a mis papás. Tirábamos bombitas de agua o baldes a la gente que pasaba. Me ponían en penitencia que era no ir a entrenar, pero lo hacía de nuevo...”, relató en una entrevista.
Pero como la plata no sobraba, Cubero debía mezclar los juegos y el fútbol con el trabajo. “Siempre necesitaban gente para laburar como alcanzapelotas o acomodar gente en el Estadio Mundialista. Me gustaba ir de acomodador, con la franelita, porque ganaba bastante plata con la propina. Encima yo era caradura así que juntaba bastante. Tenía 14 años”, recuerda.
Del colegio a la estación de servicio
Fabián Cubero iba al colegio en la zona del puerto marplatense y en el verano hacía una buena changa. “Como mi papá tenía un amigo en una estación de servicio, con mi hermano íbamos a limpiar vidrios durante las vacaciones, desde la mañana hasta la tarde”, dice la pareja de Mica Viciconte, con quien viaja seguido a su ciudad natal ya que ella también es marplatense.
Según su propio relato, Cubero dejaba los vidrios impecables: “Ahora te los limpian así nomás... El tema era cuando venían los colectivos de larga distancia de la ruta llenos de bichos pegados. Igual, me subía a una escalera, me comía 40 minutos y dejaba todo impecable. Veía venir al micro y me quería morir”.
Con lo que juntaba de todas las propinas del día, unos 50 pesos de la época en los 90, Fabián Cubero se daba pequeños gustos que sus padres no podían complacer en medio de una rutina con algunas carencias económicas. Se compraba ropa, zapatillas y salía con sus amigos.
Una propina que alcanzó para unas lindas zapatillas
Aunque las propinas casi siempre eran las mismas, el ex futbolista de Vélez Sarsfield recuerda especialmente a una señora que llegó con un Renault 11 y le pidió que le limpiara todos los vidrios: “Me dio la plata como hacían las abuelas, en un bollito a puño cerrado, y se fue adentro a tomar un café”.
Cubero guardó el dinero en el bolsillo, hizo ese trabajo y limpió un par de autos más. Una vez terminado el día, empezó a contar cuánto había juntado y vio que el bollito que le había dado la señora era un billete de 50 pesos. “¡En ese entonces era una fortuna! Pensé que se había equivocado”, señaló el ex de Nicole Neumann.
¿Qué hizo al ver tanta plata? “La fui a buscar adentro para avisarle y me dijo que no, que estaba bien, era la propina por limpiar todo el auto. Con eso y lo que hice el resto del día me compré unas zapatillas Nike negras de tela. Así que imagínate el valor que tenía. Nunca me lo olvido”, asegura Cubero.
La fama junto a Nicole Neumann y una pelea eterna
En esos años, antes de entender que con el fútbol ganaría mucho dinero, con un paso por el exterior en Tigres de México, Fabián Cubero no se imaginaba que iba a ser famoso, algo que se potenció tras su matrimonio con Nicole Neumann en 2008.
“Yo con las mujeres siempre fui un poco inhibido. Después me solté un poco, pero cuando era chico me costaba”, rememora Cubero, hoy feliz junto a Mica Viciconte, su pequeño Luca y sus tres hijas Indiana, Allegra y Sienna, a pesar de su eterna batalla contra Nicole, mediática y en la justicia.
El matrimonio con Nicole Neumann duró ocho años, y terminó de la peor manera. En la actualidad, la modelo tiene un contacto acotado con Indiana Cubero, su hija mayor, Indiana, quien no estuvo en su reciente casamiento con Manu Urcera mientras que en la justicia hay una denuncia por maltrato y denuncias cruzadas por la cuota alimentaria.
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