Falleció a los 66 años víctima de un grave cuadro de neumonía. Cordobés de nacimiento, se radicó en el Valle en 1984. El jockey era muy querido y se cansó de ganar las carreras más importantes y hacer historia.
“El gran Maní Ramírez dejó su huella en su paso por este mundo, un personaje adorable de los domingos de turf, una gran persona, un jockey de una calidad superlativa, extraordinaria, un virtuoso de la fusta que supo ser el espejo de colegas y por entonces aprendices, luego consagrados pilotos”, resume la semblanza del sitio especializado Turf Regional.
El famoso jockey murió a los 66 años víctima de un cuadro de neumonía que se fue agravando en los últimos días. Sus restos son velados en Diniello, Teniente Ibáñez 1055 de Cipolletti, desde las 18.30.
Y a pesar de que llegó a la región en 1984 para correr una sola y memorable carrera, se quedó para siempre en el Alto Valle. Vino para conducir al zaino Don Guillermo, entrenado por Don Angel Echaures, en aquel inolvidable clásico que lo enfrentó a Pelirroja (de Don López Lavayen) y Combes (Ramasco). El querido “Maní” se enamoró del Valle. La familia Echaures lo adoptó y al poco tiempo se unió en pareja con Mabel, con quien compartieron sus vidas.
Ramírez formó grandes duplas con entrenadores de la talla de 'Cacho Torres', Carlos Santa (padre e hijo), 'Charly Laffite', Antonio Severini y tantos otros.
Ganó carreras de punta a punta y cabeza a cabeza. “Jockey se nace”, sostenía a los cuatro vientos uno de los personajes más queridos en el ambiente burrero. Basta con revisar las redes sociales por estas horas para entender cómo todos lo adoraban.
Murió Mani Ramírez. Nace la leyenda.
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