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La Mañana Violencia de género

"Me cagó la vida y quiero que se pudra en la cárcel"

Violencia de género. Magnolia Salas sobrevivió al ataque a tiros de su ex, el policía Alejandro Lagos.

Neuquén

“¿Ahora necesitás ayuda, hija de puta?”, ironizaba el policía Alejandro Lagos mientras Magnolia se ahogaba con su propia sangre luego de haber recibido dos tiros en el pecho y otros tres en diferentes partes del cuerpo.

Contra todo pronóstico, la joven fue dada de alta el domingo al mediodía. Estuvo internada, sufrió un paro cardíaco y aún aloja en su cuerpo balas calibre 9 milímetros, pero sobrevivió para contar en primera persona lo que pasó y lo que sufre hoy para rehabilitarse.

Magnolia volvió de la muerte. Ella cree que Alejandro se fue de su casa creyendo que la había asesinado.

“Dos muertos y un bebé”, alcanzó a escuchar que gritaban por handy los efectivos que ingresaron a su casa la madrugada del domingo 27 de noviembre para asistirla y vieron la terrible escena. Se referían a su amigo Javier Soto, quien hizo de escudo para proteger al niño ante las amenazas de Lagos y murió, y a ella que aún vivía y balbuceaba un agónico pedido de auxilio.

“Te voy a matar al pibe, te voy a matar al pibe. Me cambiaste por un delincuente”, recordó Magnolia las amenazas y reclamos de Lagos.

“Yo hacía dos meses me había separado de Alejandro. Él quería volver pero yo le decía que no. Me cansé de estar sometida a sus amenazas de que se iba a matar si lo dejaba”, relató la joven.

Magnolia detalló que “Alejandro entró desesperado con el arma y cuando quiso disparar no salió la bala. Sacó el cargador, lo volvió a poner y ahí le disparó a Javi a la altura del hombro”.

“A mí me sacaron envuelta en el acolchado de costado para que no me asfixie con la sangre”, relató la joven, quien aún tiembla al recordar la pesadilla que vivió.

“Es un asesino, quiero que se pudra en la cárcel. Yo no puedo dormir, me cagó la vida, tengo mucho miedo. Mi nene me dice: ‘ambulancia, pum pum, mamá’”, describió su drama Magnolia.

Hoy Magnolia y su mamá piden ayuda para que alguien las asista psicológicamente. “Tengo miedo, estoy aterrada”, concluyó.

Abandonada

Sin movilidad, ni DNI, ni custodia

Magnolia tenía que volver entre el lunes y el martes al hospital Castro Rendón para hacerse los controles por las heridas que la balacera sufrida le provocó en su cuerpo, pero no pudo.

“Estamos muy lejos, sin movilidad, ella tiene una bala alojada en la pierna y no puede subirse al colectivo”, contó angustiada Glenda, la mamá, quien reclamó ayuda para poder trasladar a su hija a atenderse. “En el hospital, para darme un turno para una placa me piden sí o sí el DNI, que me lo secuestraron de mi casa y todavía no me lo entregan”, mencionó la joven que también reclama la documentación de su hijo que supone está en poder de los investigadores.

La joven que sobrevivió a una balacera de cinco tiros y que presenció la muerte de su amigo durante el mismo ataque no tiene contención de ningún tipo.

“Acá nadie me vino a ver ni a consultar nada. No tengo apoyo psicológico, ni mi hijo tampoco que estuvo presente cuando me disparaban”, reclamó la joven aún aterrada por lo vivido.

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