Su empresa les vendió los aparatos que al explotar dejaron 40 muertos en El Líbano. La empresaria, que habla siete idiomas, desapareció.
Una enigmática mujer de 49 años, que desapareció misteriosamente, podría estar involucrada en la operación de la semana pasada en el Líbano que descabezó a la cúpula militar de la agrupación pro-iiraní Hezbollah. Se llama Cristiana Barsony-Arcidiacono y es la responsable de la empresa BAC, que proveyó los beepers explosivos a los milicianos islámicos.
Una investigación de las agencias internacionales Reuters y Associated Press (AP), revela que desde los atentados del martes y miércoles de la semana pasada, que dejaron 37 muertos y cerca de 3.000 heridos en el sur libanés, la mujer no aparece en público.
Cristiana desapareció tras los ataques contra la cúpula de Hezbollah
Su madre dijo que no iba a tener contacto con la prensa por recomendación de los servicios secretos húngaros, que ahora le están dando protección, aunque luego las autoridades de ese país salieron a desmentirlo.
Toda la situación es muy llamativa y enmarañada, lo que le agrega mucho misterio a esta operación militar adjudicada a los servicios de inteligencia de Israel.
Qué se sabe de Barsony-Arcidiacono
Cristiana Barsony-Arcidiacono es italiana, aunque también tiene la nacionalidad húngara. Habla con fluidez siete idiomas y sus conocidos la describen como una persona muy inteligente y amable.
Obtuvo un doctorado en física en el University College de Londres a principios de los años 2000, con una disertación centrada en los positrones (una partícula subatómica similar a los electrones, pero con carga positiva).
Estudió física y habla con fluidez siete idiomas
Sin embargo, se alejó de la carrera científica después de terminar sus estudios, y en las redes se la vio muy apasionada con la pintura y la fotografía.
Su madre, Beatrix Bársony-Arcidiacono, contó que su hija nació en Sicilia y estudió en la Universidad de Catania antes de cursar un doctorado en Londres. Trabajó en París y Viena, y luego se mudó a Budapest, en octubre de 2016, para cuidar de su abuela anciana.
Cristiana está en el medio de la polémica porque es la directora ejecutiva de la empresa BAC, que tenía la licencia del fabricante taiwanés Gold Apollo para producir los beepers (buscapersonas), que terminaron en manos de los jefes de Hezbollah.
La cadena de noticias estadounidenses NBC News logró un efímero contacto con ella. Cuando le preguntaron sobre el tema, respondió: “Yo solo soy un intermediario. Creo que te equivocaste”.
A partir de allí desapareció y no se volvió a saber de ella. No responde los mensajes en su celular ni en las redes sociales.
Reuters señala que su departamento en un antiguo y acaudalado edificio de Budapest, la capital húngara, está vacío.
El fin de semana, su madre Beatrix Barsony-Arcidiacono respondió una llamada telefónica de la prensa desde Sicilia, Italia, para decir que estaba bajo protección del gobierno húngaro.
“Actualmente se encuentra en un lugar seguro protegido por los servicios secretos húngaros, que le aconsejaron que no hablara con los medios”, afirmó la mujer. Pero el gobierno húngaro lo negó.
La operación de los beepers explosivos
La empresa de Cristiana quedó en la mira de todos después de que la firma taiwanesa Gold Apollo dijera que había autorizado a BAC Consulting a utilizar su nombre en los beepers que se usaron en el ataque del martes pasado.
Esos buscapersonas habían sido vendidos a Hezbollah que se los dio a sus principales jefes y comandantes, para reemplazar el uso de celulares que eran fácilmente vigilados por Israel.
Los beepers tenían una carga de una o dos onzas de explosivos
Pero los aparatos habían sido manipulados. Se cree que se les colocó una o dos onzas (entre 28 y 50 gramos) de explosivos, que estallaron mediante un mensaje cifrado. Algo similar ocurrió con las radios portátiles o walkie-talkies al día siguiente.
Esto provocó la muerte de al menos 37 jefes de Hezbollah. Aunque informes israelíes afirman que la cifra es mucho mayor.
El viernes, el Ejército israelí le dio un golpe de gracia a la agrupación terrorista al realizar un “ataque selectivo" en Beirut donde asesinó a otros ocho altos jefes militares, entre ellos el comandante de Hezbollah, Ibrahim Aqil.
Una fábrica “fantasma”
El gobierno de Hungría señaló que BAC Consulting era sólo una “empresa intermediaria comercial”, y que no tenía ninguna planta de fabricación en el país. Por lo tanto, agregó, esos beepers no se fabricaron en el país.
El diario The New York Times reveló otro dato más importante en este complejo mosaico de espionaje: sostiene que en realidad BAC Consulting era parte de una fachada creada por la inteligencia israelí.
Al parecer, agrega, se crearon otras dos empresas fantasmas para ayudar a ocultar el vínculo entre BAC y los israelíes, y así engañar a los compradores de Hezbollah.
El diario estadounidense afirma que Israel no manipuló simplemente los dispositivos en alguna etapa de su producción o distribución, sino que en realidad “los fabricó como parte de una elaborada artimaña”.
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