Con descartes de la industria petrolera, fabrican la solución a un problema de los productores frutícolas
La Cooperativa El Labrador y técnicos del INTA crearon un módulo sanitario con tótems descartados de la industria petrolera para instalar en el campo.
Cada vez son más los pequeños productores de frutas y verduras que alquilan tierras en Plottier para desarrollar su trabajo. Enfocados en dar una solución a estas personas fue que integrantes de la Cooperativa El Labrador de China Muerta y técnicos del INTA crearon un baño móvil realizado con materiales descartados de la industria petrolera.
De esta forma, los productores pueden contar con un baño para trabajar en el campo con una inversión baja y que además les permite llevárselo si es que cambian de chacra.
Daniel Lagos, presidente de la Cooperativa El Labrador, explicó a LMNeuquén que se da en la zona un fenómeno de arrendamiento de tierras, especialmente de parte de la comunidad boliviana que empezó a ver la posibilidad de producir en China Muerta, principalmente frutas finas y también algo de verduras.
"Se dio mucho acá en la zona que quedaron chacras chiquitas con gente mayor que ya no tiene posibilidad de trabajarla, entonces nuestra cooperativa instrumentó la posibilidad de conectar productores con los dueños de estas chacras para poder hacer el arrendamiento. Lo que pasa es que en general se alquila sin ningún tipo de estructura, sin baño, y entonces encontramos esta solución con estos baños móviles", contó Lagos, en la sede de la cooperativa creada en la década del '90 y que hace unos años se reinventó con diferentes emprendimientos.
El presidente de la cooperativa explicó que muchos de estos pequeños productores alquilan desde un cuarto de hectárea y que los dueños de las mismas no les permiten la construcción de material, por lo que empezaron a buscar soluciones.
Baños móviles con descartes de la industria petrolera
Ante esta situación fue que empezaron a pensar una solución para la falta de baños en las chacras arrendadas. Lagos tiene conocimientos de herrería y junto a César Gutiérrez, también integrante de la cooperativa y técnico del INTA, diseñaron esta opción económica y práctica.
Desde el comienzo pensaron en la utilización de materiales reciclados para bajar los costos. Y también en hacerlos móviles para que acompañe al productor cuando se va de una chacra a otra.
Así que, para la estructura del baño, utilizaron los tótems plásticos que se usan para el traslado de productos químicos o alcohol en la industria del petróleo y que cuentan con una estructura metálica que los recubre y que les brinda más seguridad y estabilidad.
Ese plástico es lavable, lo que también garantiza la higiene del baño. Luego utilizaron también un inodoro y cañerías usadas. La inversión del primer baño móvil, sin contar la mano de obra, tuvo un costo de materiales al momento de hacerlo de 350 mil pesos.
"Con este baño de material lavable que no necesita poner azulejos cubre la necesidad básica del productor y es también darle dignidad. En este prototipo tenemos inodoro y lavamanos, y planificamos hacer uno con ducha para el que planeamos usar un panel solar para tener agua caliente", destacó Lagos, quien contó que a partir de esta primera unidad queda disponible la idea para que los productores puedan hacerse el propio o solicitar a la cooperativa su fabricación.
El apoyo del INTA
Desde el INTA habitualmente se brinda una asistencia técnica a los productores y se los induce a que tengan en cuenta las buenas prácticas agropecuarias. "Si bien nosotros no somos un organismo de control, sí brindamos una asistencia técnica que contempla las condiciones de higiene y salubridad de los operarios. La inocuidad de los alimentos está muy relacionada a la salubridad del manejo que hacen los propios operarios en las chacras", explicó a LMNeuquén César Gutiérrez.
"Entonces, cuando empezamos a ver a estos nuevos productores nos encontramos con que había instalaciones muy precarias, baños de plástico y palos, y empezamos a indagar en cómo solucionar esto con la infraestructura mínima", relató el técnico del INTA.
Gutiérrez contó que la mayor parte de los arrendatarios les decían que los propietarios de las chacras en el contrato de alquiler ya les planteaban la prohibición de construir y había que buscar otro tipo de solución.
"Entonces le trajimos a la cooperativa la inquietud de poder hacer algo móvil y salieron estos baños que con bajo costo solucionan la necesidad", destacó el técnico, quien además precisó que se trata de plástico de alta densidad, lavable y que no se va a deteriorar en un corto plazo.
El mundo de las frutillas
Según un estudio que hicieron los técnicos del INTA el cultivo de frutillas en Plottier se triplicó en los últimos años y hoy hay una superficie implantada de 170 hectáreas de este fruto y también frambuesa y mora.
Desde el año pasado este organismo nacional empezó a trabajar cada vez más con los productores de frutillas y realizaron este diagnóstico de la situación. "Este fenómeno se dio por un lado porque la ciudad es un lugar ambientalmente apto para ese cultivo, pero también desató este crecimiento que acá están los dos viveros más importantes del norte patagónico que producen plantines de calidad. En esos viveros durante esta última década, gran parte de la comunidad boliviana se volcó a trabajar y fueron aprendiendo el desarrollo del cultivo y promovidos por los propios viveros fueron convirtiéndose en productores", relató Gutiérrez, el técnico del INTA.
Gutiérrez contó que esta producción permite desarrollarse en áreas periféricas y en poco espacio y que una familia con media hectárea ya puede comenzar a cultivar frutilla y en pocos meses tiene un retorno de inversión interesante. Es el caso de Demetrio Flores, quien junto a su esposa y prima alquiló un espacio del terreno que tiene la Cooperativa El Labrador para desarrollar su producción de frutilla.
Con el avance de los loteos en Plottier, en esta ciudad quedaron muchas tierras inmersas en barrios que se pueden aprovechar para este tipo de cultivo y no para otros proyectos agropecuarios.
En cuanto a la cantidad de productores que trabajan la frutilla en el sector, Gutiérrez confirmó que hay al menos 65 productores de fruta fina en Plottier.
Además, el técnico contó que están trabajando junto a la Municipalidad y el Concejo Deliberante una normativa para regularizar el uso de la tecnología de frio y congelado para la comercialización de la frutilla.
"Empezamos a trabajar con la Municipalidad de Plottier y lo llevamos al Concejo Deliberante para pensar normativas que faciliten la instalación en Plottier, de parte de los mismos productores, de empaques familiares a campo con tecnología de frío y congelado porque al incrementarse la oferta de frutilla en fresco, en la temporada alta que es mediados de noviembre a enero, es importante poder congelar para venderla luego", explicó.
La idea es comercializar el producto congelado en dulcerías, heladerías, casas que hacen algún tipo de panificado que lleva este fruto fresco y fábricas de jugos.
Por su parte, Demetrio Flores contó que hacen dos plantaciones de frutillas por año. Una en agosto que se cosecha en diciembre y otra que se implanta en febrero que no se cosecha, sino que se deja para tener planta nueva en la siguiente temporada.
Flores llegó a la zona oriundo de Bolivia hace 15 años, primero se dedicó a la construcción y hace unos años que comenzó con el cultivo de frutillas junto a su familia. Como él son varias las familias bolivianas que se dedican en la ciudad a la producción de fruta fina y que encuentran en ella su medio de vida.
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