Varias estimaciones sostienen que este año no podrá evitarse una caída económica que dejará un arrastre negativo a quienes asuman en 2024
Varias consultoras aseguran que este año no podrá evitarse una recesión en Argentina que dejará un arrastre de caída de al menos 3% anual para el próximo gobierno. En esto incidirán una inflación arriba de los tres dígitos, la escasez de dólares y un consumo en baja, entre otros factores.
En el primer trimestre, el país evitó sumar dos trimestres consecutivos de caída e ingresar técnicamente en recesión, luego que el período octubre-diciembre registrara un descenso del 1,5%.
Aunque el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC mostró que en el período enero-marzo hubo un crecimiento del 0,8%, los analistas sostienen que no se podrá evitar una recesión este año por los problemas que provocarán la falta de dólares y un consumo en retroceso.
Las mejoras en la actividad del primer trimestre hicieron corregir algunas proyecciones de crecimiento para 2023, que pasaron de una caída de 4,5% del PBI a una de 3,8%. Según los analistas, desde el segundo trimestre comenzaría a sentirse el impacto de la sequía en la producción agrícola, algo que hará caer 2 puntos al PBI. Este menor stock de cosecha traerá menos exportaciones y una caída de ingreso de dólares por alrededor de US$20.000 millones, lo que traería un mayor cepo importador que limite la oferta de bienes finales e insumos.
Este año también se prevé un retroceso del consumo privado por un deterioro del salario real y de los ingresos de los hogares dependientes del Estado (asignaciones familiares, jubilaciones, etc.) por una escalada inflacionaria que no sería mitigada completamente por las paritarias.
Este mismo escenario advirtieron desde la Unión Industrial Argentina (UIA), desde donde no descartan que las tensiones cambiarias de fines de abril terminen impactando sobre la actividad, especialmente con dificultades en el abastecimiento de insumos y una suba de costos. Además, dicen que continuará el impacto de la sequía sobre los sectores industriales asociados al campo.
Así, todas las estimaciones muestran que el nivel de actividad económica y de consumo se convertirán en factores clave para el nuevo gobierno que asuma. A esto hay que sumar la escalada del dólar y sobre todo el otro gran problema crónico es la inflación. En sus tres años de mandato, el presidente Alberto Fernández acumula una inflación de casi el 300%, con lo que superó los casi 296 puntos del anterior gobierno de Mauricio Macri. También quedó muy por arriba de los 177 puntos del segundo mandato de Cristina Kirchner, el 127% del primer mandato de CFK, y el 66,4% de Néstor Kirchner.
De esta manera, Argentina ya se ubica entre los países con mayor inflación y cada año la suba de precios va escalando, salvo en 2020 cuando el freno económico de la pandemia hizo bajar los precios. Si se cumpliera la proyección del 60% de inflación del Presupuesto 2023, el Gobierno terminaría con una inflación acumulada de 540%.
El fuerte gasto público, el déficit fiscal financiado con emisión monetaria y el impacto de los precios de la energía y las materias primas son algunas variables que empujan los precios. En los últimos meses bajó algo la emisión monetaria para financiar el déficit, pero el Banco Central sigue refinanciando la deuda del Tesoro comprando bonos en el mercado secundario.
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