Los descubrieron científicos de la UNPSJB y el Conicet. La cuenca tiene características únicas en Sudamérica y muy poco comunes en todo el mundo.
Una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) y del Conicet descubrió una cuenca con más de 7.000 ríos “fosilizados” en la provincia de Chubut.
El descubrimiento realizado por el equipo de la UNPSJB y el Instituto Multidisciplinario para la Investigación y el Desarrollo Productivo y Social de la Cuenca del Golfo San Jorge (IIDEPYS-GSJ-Conicet), expone una cuenca de drenaje "fosilizada" de 30.000 km².
Según lograron establecer, la cuenca estuvo activa durante el período Cretácico, la era geológica comenzada hace unos 145 millones de años y finalizada hace 66 millones de años.
Se trata del único caso conocido de sistemas fluviales exhumados en Sudamérica y uno de los más grandes del mundo. El extraordinario hallazgo revela la existencia de más de 7000 antiguos ríos en la zona central de la provincia de Chubut, que datan de aproximadamente 100 millones de años.
Un hallazgo casi único
“Cada uno de estos ríos prehistóricos ha sido meticulosamente ‘censado’ utilizando sistemas de información geográfica (SIG), lo que ha permitido determinar su posición, ancho, orientación, longitud y la unidad litoestratigráfica (el estrato de rocas) a la que pertenecen”, indicó el doctor en Geología Nicolás Foix, investigador del IIDEPyS y del Laboratorio de Sedimentología y Estratigrafía de la UNPSJB, en su sede de Comodoro Rivadavia.
El sistema de paleocanales exhumados descubierto en la Patagonia, atraviesa las localidades chubutenses de Las Plumas, Los Altares, El Mirasol, Telsen, Cerro Cóndor, El Escorial y Paso de Indios.
“Existen pocos lugares en el mundo donde los paleocauces (los ríos “fósiles”) se preservan de esta manera”, detalló Foix. “Algunos de ellos se localizan en el norte de África (en el Sahara), Estados Unidos, Medio Oriente y Australia. El ejemplo de Chubut es el único conocido de Sudamérica y uno de los más grandes del mundo”, agregó.
Otra particularidad muy poco frecuente en el registro geológico mundial es que puede observarse directamente por medio de imágenes satelitales.
Por lo general, los estudios sobre ríos antiguos deben realizarse sobre afloramientos verticales, donde es necesario reconstruir la forma tridimensional de los causes. En este caso, los rasgos geomorfológicos se pueden observar de manera directa sin necesidad de interpretaciones. Por ejemplo, su sinuosidad y orientación.
Los estudios explican buena parte del relieve en forma de meseta característico de la región central de Chubut, que ocupa más del 10% de la superficie provincial.
Del mismo modo, ayudan a entender las rocas que contienen hidrocarburos en la cuenca del Golfo San Jorge, ya que sus rocas-reservorios son antiguos ríos de edad equivalente. Esto tiene implicaciones importantes para la industria energética.
Entre Chubut y Marte
“Este hallazgo no solo enriquece nuestro conocimiento geológico de la región sino que, también, destaca el potencial de la Patagonia argentina en el estudio de la historia de la Tierra y otros planetas”, consideró el científico.
Las imágenes satelitales, por caso, ofrecen una excelente oportunidad para establecer comparaciones con la geología de Marte, donde también se preservan canales fluviales interactivos que permiten reconstruir tanto el relieve geológico como las condiciones climáticas del pasado marciano.
En la Argentina, los antecedentes de paleocanales exhumados, se remiten exclusivamente al Grupo Chubut, en la Cuenca de Cañadón Asfalto.
Hasta el momento se conocen dos condiciones principales para que pueda darse la formación de paleocanales exhumados: una es la presencia de abundante agua líquida en un pasado lejano, para formar antiguos ríos, y la otra es un entorno desértico y erosivo, en el presente o pasado reciente, que los exhume.
“Estas condiciones se cumplen tanto en algunas zonas desérticas de la Tierra como en Marte, permitiendo fascinantes analogías entre ambos planetas que se encuentran a 400 millones de kilómetros de distancia”, celebró Foix.
Los datos obtenidos han sido publicados en el prestigioso Journal of South American Earth Sciences y representan un impulso al trabajo científico, que no finaliza con la publicación de los datos. “La investigación continúa -advirtió Foix-, y cada nuevo descubrimiento nos acerca más a entender los misterios de nuestro planeta y del universo”.
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