Desde este mes, las empresas no tendrán penalización por destacar de la misma forma el precio en dólares o en pesos.
El Gobierno argentino prepara una medida clave para dinamizar el consumo en dólares, que entrará en vigor este mes. Se permitirá que las empresas exhiban precios en la moneda estadounidense, buscando captar las divisas que ya están dentro del sistema financiero. Este cambio impulsaría las ventas en tecnología, electrodomésticos, vehículos y bienes inmuebles, donde las operaciones en dólares son comunes.
La secretaría de Comercio, liderada por Pablo Lavigne, será responsable de implementar esta medida a través de la derogación de la resolución 2/2002. Esta normativa vigente obliga a mostrar precios en moneda extranjera con caracteres menos prominentes que los indicados en pesos. Con la modificación propuesta, ambas monedas podrán mostrarse en igualdad de condiciones, lo que modernizará un esquema que quedó obsoleto tras más de dos décadas. “Estamos actualizando una norma de hace 22 años. En esa época se usaban fax para enviar comprobantes de pago. Ahora trabajamos para que la exhibición sea simultánea en pesos y dólares, algo que estará listo en enero”, afirmaron fuentes oficiales.
En muchos sectores, ya es habitual concertar operaciones en dólares. Esto incluye la compra de propiedades, vehículos y maquinaria, donde los valores suelen expresarse en la moneda estadounidense. Sin embargo, según Mali Vázquez, directora ejecutiva de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), la oficialización del esquema aumentaría la transparencia y simplificaría las transacciones al reducir las discrepancias relacionadas con el tipo de cambio. Gonzalo Brest, especialista legal de KPMG, destaca que también sería necesario ajustar normativas tanto de la Secretaría de Comercio como del Banco Central para facilitar la venta de bienes de consumo masivo en dólares.
El contexto económico también influye en la iniciativa. De los 22.165 millones de dólares blanqueados y depositados en cuentas bancarias bajo el régimen CERA, una parte se ha destinado a créditos y diversas inversiones financieras. El Ministerio de Economía busca ahora canalizar estas divisas hacia el consumo cotidiano. Sectores como tecnología, telefonía móvil, vehículos y propiedades son los principales objetivos de esta estrategia. La medida también intenta revertir caídas significativas en ventas: el mercado de electrodomésticos, por ejemplo, registró una baja del 30% durante 2024, según datos de Analytica.
Crece el impulso del Gobierno a los dólares
Este esfuerzo está alineado con un anuncio previo del ministro de Economía, Luis Caputo, realizado en agosto. En esa ocasión, Caputo señaló que se reglamentaría el uso de los dólares del blanqueo sin penalizaciones, permitiendo incluso adquirir bienes de consumo cotidiano como bebidas gaseosas o automóviles nuevos con tarjetas de débito. Según fuentes gubernamentales, las agencias regulatorias como ARCA y el Banco Central ya implementaron las bases necesarias para este esquema. Sin embargo, su puesta en marcha plena dependerá de bancos y emisoras de tarjetas.
Los avances tecnológicos también son clave para esta transición. Desde Mastercard confirmaron que el sistema ya está listo para permitir pagos en dólares mediante tarjetas de débito. “Solo faltan algunos ajustes en el ecosistema financiero para que las operaciones sean posibles en ambas monedas”, señalaron desde la empresa. Aunque en una primera etapa el esquema se limitará a tarjetas de débito, también se trabaja en habilitarlo para tarjetas de crédito y prepago. No obstante, Brest advierte que será necesario un marco normativo claro para evitar conflictos con las regulaciones de cambios y operaciones internacionales.
De acuerdo con fuentes bancarias, la operatividad plena podría ser una realidad en febrero, momento en el cual se espera que tanto bancos como procesadoras de pagos hayan realizado las adaptaciones necesarias. La iniciativa representa un paso significativo en la integración de los dólares blanqueados en la economía local, buscando potenciar el consumo interno y ofrecer más opciones a los usuarios en un contexto desafiante.
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