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Volvió a su puesto en Trelew la empleada echada del Correo Argentino: "Yo no quería ser ñoqui"

Durante 10 meses sostuvo una batalla legal para que la reincorporaran en Chubut. Y rechazó cobrar sin trabajar, como le ofrecieron.

Olga Norambuena, la única mujer que trabajaba en la sede Trelew del Correo Argentino y que fue despedida tras 18 años de servicio, se reincorporó este lunes a su puesto de trabajo luego de varias instancias legales y con un juicio aún pendiente. Había sido desafectada hace algo más de 10 meses.

La última propuesta que recibió por parte de la empresa para no volver a su puesto de trabajo fue resituirle sus aportes, obra social para ella y su hija con síndrome de Down, pero sin que prestara servicios presencialmente.

Olga se negó sin duda. “Yo no quería cobrar un sueldo sin cumplir funciones, no quería ser ñoqui porque no es lo que le quiero enseñar a mi hija, que el día de mañana va a trabajar, si sus terapias y todo va bien”, le dijo a Diario Jornada cuando rechazó el ofrecimiento y el juez la avaló.

Este lunes, junto a sus abogados Cristina Pagasartundua y Eduardo Hualpa, se presentó finalmente en las oficinas en las que cumplió tarea durante 18 años hasta que en abril de 2024 la echaron, y retomó sus tareas, tal como ordenó en un fallo la Justicia Federal, decisión que quedó firme en diciembre pero que la empresa siguió eludiendo con distintas maniobras, hasta hoy.

El juicio de Olga Norambuena hacia el Correo fue iniciado luego de que el 24 de abril de 2024, cuando llegó a su trabajo, le impidieron la entrada, en medio de un ajuste en la empresa estatal que incluyó decenas de despidos en sedes de distintas partes del país.

Pero en Trelew, ella fue despedida en soledad. Única empleada mujer en el lugar, y sin explicación de causas que justifiquen la decisión, junto a sus abogados inició la demanda para ser restituida.

Meses más tarde, en septiembre, la Justicia ordenó la reincorporación hasta que se resolviera la cuestión de fondo, pero el Correo utilizó distintos mecanismos legales para evitar el cumplimiento de esa orden, hasta que se le cerraron todas las posibilidades y mientras la cuantiosa multa a la que se expuso por incumplimiento seguía creciendo, finalmente le envió a Olga una notificación para que se presentara en el día de hoy.

El juicio, de todos modos, recién comienza y según contó a medios locales la propia Olga, podría durar entre dos y tres años. Pero lo que se logró es que el proceso se desarrolle con ella trabajando.

Además, ahora se debe hacer una liquidación de la multa que la Justicia impuso al Correo Argentino por cada día que no cumplió la orden sobre la restitución laboral de la denunciante. Primero se fijó una suma de 500 mil pesos por cada día de incumplimiento, hasta que el juez perdió la paciencia ante las demoras y la elevó a 800 mil.

Qué dijo al volver a trabajar al correo en Chubut

El viernes anterior a su reincorporación, cuando recibió la convocatoria y la hizo pública, Olga había convocado a “hacer un poco de ruido” en su reingreso de la mañana de este lunes, para cumplir con nuevas funciones.

“Hablan de tareas ejecutivas que abarcan Pymes y e-commerce, así que bueno, ahora cuando ingresemos vamos a consultar bien de qué se trata”, dijo en diálogo con medios locales antes de volver a su escritorio, acompañada por sus abogados Cristina Pagasartundua y Norman Evans.

Echada del Correo de Trelew.jpg

“Estoy feliz y con expectativa de que entiendan que me tienen que capacitar, porque hay herramientas que no tengo incorporadas”, explicó. Y agregó: “Pero estoy esperanzada con que todo esto va a ser positivo y que voy a poder trabajar de la misma forma que lo hice hasta abril del 2024”.

Consultada sobre cómo fueron los 10 meses de idas y vueltas en la Justicia para recuperar su empleo, aseguró: “Difíciles, muy difíciles. Mi hija necesitaba de mí y la verdad es que tuve que salir a golpear puertas para poder brindarle todo lo que ella necesitaba. No lo conseguí al 100, pero bueno, con este retorno espero que sí lo pueda hacer”.

La nena, de 9 años, tiene síndrome de Down y requiere cuidados y atención constante. Por eso, la pérdida del empleo tenía -además de un impacto económico- consecuencias para la calidad de vida de la menor.

En determinado momento de las negociaciones, el Correo propuso pagarle a Olga la cobertura social y el salario, pero que no fuera a trabajar. Ella se opuso, se lo manifestó al Juez y este rechazó por improcedente el ofrecimiento. Eso fue a fines de diciembre, cuando se aumentó el monto de la multa.

Dos meses después, Olga se transformó en la única reincorporación de la empresa del Estado nacional entre todos los despedidos del último año. A punto de volver a ocupar su puesto, no pudo dejar de recordar los casos de dos compañeros que, en otras oficinas del Correo en Chubut, fueron despedidos.

“Al compañero Javier y el compañero José, de Corcovado y Trevelin, les mando un abrazo y espero que en abril, cuando tengan la audiencia, puedan tener la misma fortuna que tuve yo”, dijo con la esperanza de que su caso siente precedente.

Sobre sus próximos días en el trabajo, se mostró optimista: Yo soy muy positiva. Y la verdad es que espero encontrarme con buenas respuestas, para poder brindar de la mejor manera mi trabajo. Yo salgo a buscar clientes, así que tengo que ser positiva”, sintetizó.

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