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Detenidos en el tiempo: así encontraron más de 100 autos clásicos abandonados hace 20 años

Un youtuber se topó con un local lleno de ejemplares listos para rodar. Una historia que despierta pasión por los motores y recuerdos de otra era.

Un concesionario olvidado, cerrado desde hace casi dos décadas, escondía un tesoro: más de 100 autos clásicos intactos, rodeados de objetos que evocan otra época. Un youtuber exploró el lugar y compartió su hallazgo, despertando la curiosidad de fanáticos y nostálgicos de todo el mundo.

El hecho ocurrió en una localidad rural del oeste sueco, donde Daniel Kolkowski, un creador de contenidos especializado en estas búsquedas del tesoro automovilísticas, dio con el antiguo Kjellströms Bil. Este negocio, que operó como distribuidor oficial de Fiat y Alfa Romeo, cerró sus puertas en 2008, pero su interior permaneció casi intacto. Kolkowski, creador del canal En PK-fri kanal, grabó cada detalle que pudo: desde autos con kilometraje de fábrica hasta plantas de plástico que decoraban el lugar, todo inmaculado, como si no hubiese pasado el tiempo.

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El comercio fue fundado a principios del siglo XX de la mano de Sven Kjellström, un mecánico que fabricaba herramientas agrícolas. En los años 50, su familia viró la estrategia de negocios y apostó por los autos europeos: construyeron una sala de exposición en 1957, primero para marcas británicas y luego se consolidaron como la referencia para conseguir coches y repuestos de Fiat y Alfa Romeo en la región.

Volvo abandonado en una concesionaria
Un Volvo abandonado en la concesionaria sueca.

Un Volvo abandonado en la concesionaria sueca.

Kjellströms Bil enfrentó más de un altibajo, pero el cambio de siglo trajo problemas definitivos. La llegada de una nueva generación en la empresa y una caída en las ventas complicaron todo, y en 2008, tras casi sesenta años, el negocio cerró. Un coleccionista compró la propiedad, pero la dejó como estaba, casi sin tocar nada, preservando su contenido, sin querer, como si fuera una cápsula del tiempo.

Decenas de autos clásicos y un tesoro al descubierto

Las imágenes de Kolkowski se viralizaron rápidamente en YouTube, captando la atención de coleccionistas y medios especializados. El video muestra autos de BMW, Volvo, Fiat, Citroën y Alfa Romeo, muchos de ellos sin rodaje, descansando a perfecto resguardo de las inclemencias del clima sueco. Junto a ellos, algunos tractores vieja escuela y elementos como carteles publicitarios, manuales y escritorios de los años 80 y 90 completan la escena nostálgica. Después se sumó otro video con modelos de Ford, entre los que se distingue un Sierra en perfecto estado.

BMW abandonado en una concesionaria
Otro BMW que fue abandonado en la concesionaria.

Otro BMW que fue abandonado en la concesionaria.

El actual dueño del inmueble, Tomas Malmström, explicó que para él ese lugar se terminó convirtiendo en un pequeño museo. Y si bien nunca invirtió demasiado tiempo ni dinero en mantenimiento, anticipó que eso cambiará pronto, porque entre sus planes se incluye poner a punto todos los autos para venderlos.

Peugeot abandonado en una concesionaria
Un Peugeot 205, entre los autos que están en el local sueco.

Un Peugeot 205, entre los autos que están en el local sueco.

Considerando que los restauradores que analizaron las imágenes destacaron que muchos autos podrían volver a rodar con arreglos moderados, seguramente obtenga una recompensa interesante: entre los más de cien vehículos que la componen, la colección incluye algunos ejemplares que son verdaderas joyas de colección.

Nostalgia y futuro incierto

El hallazgo de Kolkowski se suma a una tendencia que atrae mucho interés en Europa: el hallazgo de todo tipo de comercios olvidados que guardan joyas de otras generaciones en su interior. De hecho, en su canal, el youtuber tiene otros videos de casos similares que le comparten sus seguidores, como un concesionario en Alemania con muchos Ford Sierra y otros modelos de los años 80 todavía sin patentar. Pero el estado de Kjellströms Bil hace que este nuevo caso sea excepcional.

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En ese sentido, uno de los vecinos de la zona recordó al concesionario sueco como el lugar donde la gente se reunía para comprar autos o arreglarlos, y por eso al pasar por la puerta le resulta imposible que no lo invada la nostalgia. “Es como si el tiempo se hubiera parado”, dijo.

El caso de Kjellströms Bil mezcla historia y asombro. Es un recordatorio de cómo un negocio familiar puede dejar una huella que, años después, sigue cautivando. Por eso, mientras los coleccionistas esperan una posible subasta –Malmström todavía no compartió un listado oficial de los autos que saldrían a la venta, pero confirmó que son más de un centenar–, este rincón sueco permanece como un testimonio de una época que aún tiene mucho por contar.

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