Adiós pan rallado: este reemplazo económico es ideal con el mismo sabor y textura

Hay alimentos que parecen muy difíciles de reemplazar al momento de elaborar una receta, pero en la actualidad existen varias alternativas más saludables y con más nutrientes para el organismo. Uno de ellos es el pan rallado, que tiene un reemplazo más económico: el alimento ideal que proporciona la misma textura y sabor.

El pan rallado es un alimento que generalmente se prepara a base de pan duro, aunque algunos optan por usar una opción fresca y calentada en el horno hasta que quede crujiente. Una vez seco, el pan se debe triturar con una licuadora o un rallador, e incluso algunos optan por tamizarlo para obtener un resultado más fino y uniforme.

Un reemplazo económico para el pan rallado

Esta elaboración ofrece muy pocos nutrientes para el organismo, lo que hace que muchas personas busquen otras alternativas al momento de prepararlo. Ante esto, un alimento que comenzó a cobrar más popularidad es la polenta, ideal para el comienzo de los días más fríos del año, además de ser económico y accesible para todos.

La polenta está hecha a base de maíz, lo que lo transforma en una opción sin gluten en comparación con el pan. Además, ofrece mayores niveles de fibra, vitamina A, hierro, hidratos de carbono complejos de absorción lenta y antioxidantes.

En ese sentido, también se logra un resultado con una textura más crocante y baja en grasas. De hecho, muchas personas optan por hacerlo con leche vegetal, caldo o agua y sin manteca ni queso para reducir todavía más los niveles de grasa en el organismo.

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Un reemplazo económico para el pan rallado

La polenta puede servir como reemplazo del pan rallado en la elaboración de comidas como milanesas de carne, pollo o vegetales, croquetas y albóndigas, como también para rebozar vegetales al momento de hacerlos en el horno. También se puede usar en preparaciones dulces.

Los beneficios de reemplazar el pan rallado con la polenta

Su alto aporte de fibras y proteínas es mucho más beneficioso que optar por el pan, sobre todo para las personas que siguen una dieta balanceada.

A su vez, también ayuda a regular la saciedad, mejorar el funcionamiento del sistema digestivo (alimenta a las bacterias intestinales saludables) y a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, sobre todo gracias a sus carbohidratos complejos de absorción lenta.

Al ser un alimento libre de gluten, se vuelve una buena alternativa para las personas celíacas o con un alto índice de sensibilidad al gluten.

Además, también es bueno para reducir el riesgo de contraer enfermedades graves como cáncer, enfermedades cardiovasculares, oculares y degenerativas relacionadas con la edad.

Otras alternativas para no utilizar pan rallado

El pan rallado también se puede reemplazar con otros alimentos como la avena, ideal para usar en comidas que requieran rebozado y una textura más crocante, como por ejemplo las albóndigas.

Siguiendo esa línea, la harina de garbanzo y el puré de papa deshidratado son dos opciones excelentes para utilizar en lugar del pan rallado. El primero ofrece una textura muy recomendada para recetas fritas, mientras que el segundo se utiliza más en comidas para tostar en la sartén.

Otros que cumplen una función similar son las semillas de lino y de sésamo molidas, que aportan grandes cantidades de fibra y ácidos grasos y se pueden incluir en recetas para personas celíacas.

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Otras alternativas para no utilizar pan rallado

Al igual que ocurre con la avena, los frutos secos son una buena alternativa al pan rallado. Tanto las almendras como las semillas de girasol aportan un sabor y aroma diferente al resto. Lo ideal es meterlos dentro de una licuadora y procesarlos para obtener una textura suave.

Para las recetas dulces se suele recomendar el coco rallado, sobre todo por su textura similar a la de la avena y el pan rallado, además de aportar un sabor mucho más intenso que los otros alimentos.