Están cansados de colgarse de la luz y piden el servicio

NEUQUÉN

Los vecinos del sector Los Hornos, sobre la calle Crouzeilles al norte, están cansados de escuchar promesas y seguir padeciendo la falta del servicio de luz. Es que la espera ya lleva unos 8 años, tiempo en el que la única salida ha sido colgarse de sus vecinos más próximos, quienes sí lograron la regularización del servicio y comenzaron a pagar por él.

"Se había empezado a hacer la red eléctrica para todos, pero no sabemos qué pasó en el medio que los trabajos se cortaron y no siguieron. Desde entonces, nos vienen pateando", contó ayer Josías Mora, un vecino que vive en el lugar desde el 2008. "Nos habían dicho que en marzo de este año arrancaban las obras, pero ahora nadie sabe nada y desde la cooperativa CALF nos dicen que ellos no tienen nada", agregó con tono de desilusión.

La situación golpea a unas 200 familias que ya no saben qué hacer para reclamar lo prometido. Este reclamo llegó a su punto de ebullición el jueves, cuando el presidente de la comisión vecinal de Valentina Norte Rural, Armando López, mantuvo un enfrentamiento con las autoridades comunales y denunció agravios de algunos funcionarios.

"La tensión baja todo el tiempo y se rompen los electrodomésticos", contó Marisa Lagos, una de las vecinas más próxima al sector de viviendas que, desde hace un largo tiempo, sí tiene el servicio formalmente. Por esta situación, la mujer contó que ya tuvo que cambiar tres veces su heladera por las bajas de tensión. Esta situación es constante, sobre todo en épocas de frío, cuando se prenden las estufas eléctricas en muchos hogares.

La maraña de cables que se encuentran en los postes donde los vecinos se enganchan al servicio de electricidad suelen caer cuando los vientos fuertes sorprenden en esa zona de la ciudad, donde las ráfagas se sienten con mayor intensidad. Además, cuentan los vecinos, es común que en ocasiones el tendido sufra las consecuencias del fuego por los golpes de tensión.

"El jueves llegamos y había cables tirados, y más tarde los vecinos estaban intentando volver a conectarse porque se habían quedado sin luz", relató Marisa, quien contó que la peor parte se la llevan los vecinos que están más alejados al sector regularizado. "Ellos suelen tener de luz lo que ilumina una vela", resumió.

Uno, dos o tres testimonios son suficientes para entender la situación de un sector de la ciudad que reclama un servicio que la gran mayoría tiene: la electricidad. Algo que observan a pocos metros pero que, por el momento, les es lejano. De todas maneras, no pierden las esperanzas de levantarse uno de estos días, tocar una llave y ver luz propia en sus casas. Un hecho que les cambiaría radicalmente sus vidas.

El subsecretario de Servicios Concesionados del Municipio, Alejandro Hurtado, negó ayer todo tipo de agresión denunciada por el presidente de la comisión vecinal de Valentina Norte Rural (Alejandro López) y explicó que el titular de esa entidad se retiró de manera intempestiva y por su cuenta de una reunión que mantenían -el jueves- con representantes de la cooperativa CALF, donde se trataba la regularización de la energía en el sector Los Hornos.

"Tuvimos varias reuniones y ya les explicamos a los vecinos de Los Hornos que así como les hicimos la red de agua, ahora vamos a ejecutar la obra de electricidad que se reclama", aclaró Hurtado, quien explicó que la obra está incluida en un convenio que se firmará con CALF por una deuda que la cooperativa mantiene con el Municipio.

"Esta obra se hará junto a otras de otros sectores de la ciudad. Parte de esa deuda que tiene CALF se pagará en efectivo y otra parte, con obras", explicó el funcionario, quien subrayó que el presupuesto para la red eléctrica que se debe realizar en este sector de Valentina Norte ronda los ocho millones de pesos.

Habitantes del sector Los Hornos ven aún muy lejos la posibilidad de regularizar su situación como barrio. Hoy no están incluidos dentro del cronograma de regularizaciones porque están asentados en tierras privadas y para avanzar necesitan un paso previo: la expropiación de las tierras.

"Me vine en el 2008 porque debido a una crisis no podía pagar el alquiler. Llegué y acá estoy", relató Josías Mora, quien contó que pasó el tiempo, se hizo su casa y nunca se fue. "Acá estoy bien, pero vivir así no se puede", aseguró.

Con el fin de conseguir la ansiada expropiación, los vecinos comenzaron a juntar firmas. Indicaron que cuando acumulen una cantidad suficiente llevarán el reclamo a la Legislatura, donde pedirán colaboración. "Hace 8 años que estoy, pero hay vecinos que llevan más de 20", dijo Mora, a quien nadie le quita el sueño de algún día ser dueño de la tierra que habita.