Rolando Figueroa atiende varios frentes en su carrera electoral
Ratificó el acuerdo dentro de la alianza de partidos que conduce y busca ampliar su base de sustentación. Oda a la “Neuquinidad” y la mira puesta en que los libertarios son el rival a vencer.
El gobernador Rolando Figueroa comenzó a jugar fuerte la carrera para los comicios nacionales de este año, pensando en lograr la mayor representación de su espacio político en las dos Cámaras del Congreso.
Para ello, y a la vieja usanza del divide y reinarás en este tipo de instancias electorales, Figueroa buscará, por un lado, debilitar a los partidos de la oposición y, por el otro, aumentar su base de sustentación, a partir de la ratificación de los acuerdos políticos que lo llevaron a la gobernación y de la incorporación de otros sectores, pensando no sólo en el armado de este año sino también más allá, en el 2027.
Y una cosa va de la mano de la otra, tal cual quedó expresado en San Martín de los Andes el viernes pasado.
Dentro de la estructura del frente de partidos que integran “Neuquinizate”, ahora renombrado como “Neuquinidad”, está parte del peronismo o lo que era Unión por la Patria, representado, entre otros, por Soledad Martínez, Tanya Bertoldi, Marcelo Zúñiga y Lorena Barabini. Y en San Martín se sumaron, convocados a la reunión que Figueroa mantuvo con los intendentes, Gonzalo Núñez de San Patricio del Chañar, Javier Huilipan de Mariano Moreno y Rubén Figueroa de Barrancas.
Desde el PJ neuquino no figueroista se observó que estos dirigentes “no mueven la aguja” en cuanto a la tracción de votos que le pueden aportar a Figueroa o restar al peronismo. Y que en el caso de los jefes comunales la presencia en ese encuentro fue meramente institucional. “Hay que pagar los sueldos”, se advirtió, al tiempo que se analizó que la movida no está relacionada con más pases al espacio político del gobernador.
Sin embargo, en los hechos, Figueroa logra con esto lesionar a un PJ que de por sí ya lucha puerta adentro con sus propias internas y desavenencias, que tienen como protagonistas a dos viejos sectores bien diferenciados: el que lidera Oscar Parrilli y el que conduce Darío Martínez.
Y un Ramón Rioseco que, si bien no asistió a la convocatoria formulada por Figueroa en la ciudad cordillerana, tampoco participa de la vida interna del PJ ni será parte de los armados electorales del peronismo en este año.
Acuerdos
Los otros acuerdos que se ratificaron en el cónclave de San Martín tienen que ver con una parte del PRO, de la UCR y del MPN, y se relacionan, además de lo electoral, con la construcción de un espacio más amplio dentro de la Legislatura provincial.
En el PRO neuquino se da un fenómeno parecido al del peronismo, con un sector figueroista (Leticia Esteves, Damián Canuto y Marcelo Bermúdez) y otro que no comulga con esto (Francisco Sánchez y Carolina Rambeau, entre otros). Esta última posición coincidiría con el pensamiento que tiene la dirigencia de ese partido a nivel nacional ante dos alternativas: jugar de manera independiente o ir en alianza con la Libertad Avanza.
Lo del MPN es mucho más claro. El partido provincial se alineó casi por completo detrás de Figueroa y si aún existe algún “díscolo” también se lo invitará “gentilmente” a sumarse a la causa. Es decir, el MPN no será rival. Por el contrario, la presencia en San Martín del presidente del bloque de este partido en la Legislatura, Gabriel Álamo, explica, por un lado, el acompañamiento a Comunidad desde lo electoral pero también el pase de los legisladores emepenistas al bloque del oficialismo a partir de marzo. Todo esto en medio de otra ratificación: la del apoyo del intendente Mariano Gaido, que mandó como emisaria al encuentro cordillerano a su jefa de Gabinete, María Pasqualini.
Ante este escenario, da la sensación que en Neuquén la pelea electoral se dará entre el espacio de Figueroa y quien represente los intereses libertarios. En el gobierno provincial son conscientes de que Milei tiene un alto nivel de adhesión. Por lo cual, en este caso, la estrategia será apuntar contra algunas políticas del gobierno nacional y no tanto a la figura del presidente. Todo, en nombre de la “Neuquinidad”.
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