Los 684 kilómetros que recorren Neuquén son, dentro de la Patagonia, una inagotable fuente de belleza para contemplar, con distintas actividades para realizar.
La Ruta 40 "Libertador General Don José de San Martín", que se extiende a lo largo de la cordillera de los Andes desde el Cabo Vírgenes, en Santa Cruz, hasta el límite con Bolivia en La Quiaca, es uno de los corredores turísticos más atractivos de la Argentina, cuyos 5224 kilómetros conectan 11 provincias, entre ellas Neuquén.
Es precisamente en esta provincia del norte de la Patagonia donde se encuentran muchos de los paisajes más bellos y emblemáticos en el recorrido de esta traza de por sí impactante, con espejos de agua rodeados de montañas que merecen ser visitados.
En un repaso rápido de su "itinerario" dentro de la provincia, tras cruzar el río Limay y abandonar Río Negro, la ruta vira a la izquierda rumbo a Villa La Angostura para continuar luego por lo que se conoce como el Camino de los Siete Lagos, ubicado en el Parque Nacional Lanín.
Las siguientes paradas rumbo al norte son San Martín de los Andes y Junín de los Andes, desde donde se extiende hasta Zapala, punto de partida del tramo norteño de su traza, que hace escala en Las Lajas y en Chos Malal antes de atravesar el Río Colorado y seguir rumbo a Mendoza.
Un trayecto de 684 kilómetros sin desperdicio, con infinitos rincones por descubrir que revelan distintas formas de belleza según la estación del año; con una infraestructura de turismo disponible para todos los gustos, desde el acampe a la orilla de un lago a propuestas hoteleras de distintos niveles; y una enorme variedad de actividades para desarrollar.
La Ruta 40: un serpenteo entre siete lagos
El inicio de la travesía, ahí donde la 40 se abre de la Ruta 237, es una previa sin demasiadas emociones, pero todo cambia cuando el lago Nahuel Huapi aparece sobre la mano izquierda y la cinta de asfalto copia su silueta hasta Villa La Angostura, donde la parada se hace obligatoria. De un lado, la tentación de salir a navegar o de hacer alguna caminata; del otro, el Cerro Bayo como faro del esquí o del trekking, según la temporada. Y ni hablar de salir a pedalear.
Lo que sigue es el serpenteo por el Camino de los Siete Lagos, que a lo largo de sus 108 kilómetros que tienen San Martín de los Andes como destino, pasan por el Correntoso, el Espejo Grande, el Escondido, el Villarino y el Falkner, pegaditos los dos y el Machónico, antes de que la imponente presencia del Lacar llene el parabrisas del auto. Pero como si eso fuera poco, a mitad de camino el camino que sale a la derecha rumbo al Lago Traful es una tentación en la que vale la pena caer.
Villa Traful se caracteriza por su belleza escénica y naturaleza virgen, rodeada de bosques de coihue y la majestuosidad de la cordillera andino-patagónica. Desde los miradores de la zona de Cerro Negro y Penitentes se puede ver el lago y las imponentes figuras del volcán Lanín (del lado argentino) y La Villarrica (del lado chileno); mientras que el mirador de Traful ofrece una hermosa vista panorámica del lago y las colinas circundantes.
Una opción imperdible es visitar las cascadas del lugar durante el trekking. Los paseos a orillas del lago Traful conducen al conocimiento del bosque sumergido, con alrededor de 60 cipreses secos que salen del lecho del lago en algunos lugares.
Sucede lo mismo unos kilómetros más adelante, con el Lago Meliquina, y también antes de bajar a San Martín de los Andes, donde las opciones para demorarse un buen rato son dos: a la izquierda, el maravilloso camino que conduce a Quila Quina, una de las playas mas lindas del Lácar.
A la derecha, el ascenso al Cerro Chapelco, por cierto más atractivo en invierno, si hay tiempo para probar con el esquí o el snowboard. Y si es verano, la vista que ofrecen varios miradores del cerro justifican la subida.
De San Martín a Junín, camino al Lanín
De nuevo rumbo al norte, no sin probar darse una vuelta por el lago Nonthué, camino al paso Hua-hum que conecta la Argentina con Chile, y también por el lago Lolog, el destino siguiente es Junín de los Andes.
Es una buena ocasión para hacer una breve escala antes de poner trompa al Lago Huechulaufquen, ubicado dentro del Parque Nacional Lanín, que alberga esa torre en punta nevada que lleva el mismo nombre y se puede observar incluso sin abandonar la traza de la 40. Bosques nativos, trekking del mejor, ascenso con riesgo y el lago que en verano hasta admite un buen chapuzón.
Otra alternativa interesante es pasar un día de relax en las aguas termales de Lahuen Co y contemplar el Escorial, una formación de lava que se canaliza en un antiguo valle glaciar. La ciudad invita a descubrir su rica historia a través de los museos Mapuche y Roca Jalil, a través del recorrido histórico y visitar el Paseo Artesanal, el santuario de Nuestra Señora de las Nieves y el imponente parque Vía Christi en el cerro de La Cruz.
En el paraje San Ignacio, a 57 kilómetros de la ciudad, se encuentra el Santuario donde descansan los restos de Ceferino Namuncurá. En los alrededores existen comunidades mapuches que comparten con los visitantes su cultura y cosmovisión. El ascenso al volcán Lanín, de 3776 metros es un desafío para quienes practican andinismo. Su cumbre permite disfrutar de una panorámica inigualable de toda la región, incluyendo Chile.
Una vez más en el asfalto, una especie de amague hacia el sur anticipa el tramo que transita la aridez que rodea a Zapala, nuevo punto de llegada desde el cual una excursión a Primeros Pinos es un plan intermedio a la visita a Villa Pehuenia, que exige otros tiempos. Eso sí, al llegar, los paisajes que regalan los lagos Aluminé y Moquehue sumados al del volcán Batea Mahuida son una merecida recompensa. Sólo hay que estirar el paseo un par de días. Si son más, mejor.
La Ruta 40 se despide de Neuquén
Para regresar a la Ruta 40 desde Villa Pehuenia existen dos opciones: desandar el camino antes recorrido o tomar la ruta 23 con dirección Norte, para llegar a Las Lajas después de atravesar los hermosos parajes que circundan la Reserva Natural Alto Bíobío, en la zona de Pino Hachado. El tramo es un poco más largo, pero tiene un encanto que paga la nafta de más. Eso sí, habrán quedado sin recorrer unos cuantos kilómetros de la 40; nada para lamentar, porque los que siguen hasta Chos Malal lo compensan.
Una vez arribados a la ciudad que baña su flanco sur en las aguas del Río Neuquén, el Parque Provincial Tromen se ofrece como un lugar ideal para los amantes de la naturaleza por sus más de 80 especies de aves, en tanto las Termas del Domuyo ofrece un baño en aguas con propiedades curativas y relajantes.
Menos relajado es, en cambio, el ascenso al volcán Domuyo, la montaña más alta de la Patagonia. Llegar a la cumbre requiere de seis días llenos de aventuras. Para quienes prefieren aprovechar las nieves del invierno, el Cerro Wayle es un centro ideal para principiantes con excelentes pistas y todos los servicios. Fin de fiesta ideal antes de poner proa a Barrancas para decir "adiós Neuquén, hola Mendoza".
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