¿Maíz en la Patagonia sur?: Santa Cruz busca cultivar en el frío y ya empezó los ensayos
La filial local del INTA prueba con distintos tipos de semilla en Río Gallegos y cuatro localidades de la provincia. Cuándo se conocerán los resultados.
Los días interminables del verano de la Patagonia sur, ese sol que parece no querer irse nunca del cielo, podrían convertirse en el aliado perfecto para un cultivo que nunca antes se animó a tanto: el maíz en Santa Cruz. Lo que suena a experimento audaz es hoy una realidad en marcha, con varias parcelas sembradas, en un desafío que podría redefinir qué se produce en el sur argentino.
La iniciativa involucra a once híbridos diferentes que están siendo sometidos a las condiciones más exigentes: heladas impredecibles, suelos poco amigables y un clima que no perdona errores.
Los lugares elegidos para esta prueba de fuego son la capital Río Gallegos y las localidades Perito Moreno, Gobernador Gregores, Puerto Santa Cruz, Comandante Luis Piedrabuena, configurando un mapa de evaluación que cubre distintas realidades agroclimáticas de la provincia, según informó Ahora Calafate.
¿Por qué intentar cultivar maíz donde otros cultivos apenas sobreviven? La respuesta está en las particularidades únicas de la región.
"La Patagonia ofrece mucha heliofanía, días muy largos en verano, disponibilidad de agua en ambientes de valles y, además, una zona con muy pocas plagas", explicó el Dr. Santiago Toledo, Coordinador de Investigación de la Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz del INTA.
Semillas que desafían las heladas
Las semillas que se están poniendo a prueba provienen de dos fuentes estratégicas: siete híbridos aportados por empresas asociadas a la Red Maizar y cuatro desarrollados en el hemisferio norte, específicamente diseñados para resistir ambientes fríos y provistos por una firma francesa a través de la empresa Laboulet.
La clave del experimento radica en trabajar con variedades de ciclos más cortos, especialmente pensadas para esquivar el mayor enemigo del maíz en estas latitudes: las heladas que pueden aparecer cuando menos se las espera y arruinar meses de trabajo.
Para la ganadería santacruceña, históricamente dependiente de pastizales naturales con baja oferta nutritiva, este cultivo representa una esperanza concreta.
La posibilidad de producir grano o planta entera para silaje significaría acceso a energía, proteína y fibra en momentos críticos del año, especialmente durante el bache forrajero de otoño e invierno que tanto complica la alimentación del ganado.
Toledo destacó el potencial de la región citando conclusiones del Congreso Maizar 2025: "Se aseguró que el potencial del maíz en la Patagonia es impresionante". Y agregó: "Consideramos fundamental empezar a trabajar con el cultivo en la zona. Si bien hubo evaluaciones en el pasado, hoy estamos estudiando nuevos desarrollos que son prometedores para la provincia".
Primeras siembras en Santa Cruz
Las siembras arrancaron en noviembre de 2025 y ahora los técnicos monitorean cada detalle: desde el desarrollo de las plantas hasta la amenaza constante de las heladas tempranas y tardías.
Cada parcela es un laboratorio a cielo abierto donde se busca información que hasta ahora simplemente no existe.
El trabajo es coordinado por la Estación Experimental del INTA con apoyo de las agencias de extensión rural de Perito Moreno, Puerto Deseado y Gobernador Gregores. También colaboran instituciones locales como el CAP, Fomicruz y la Municipalidad de Perito Moreno, mientras que Laboulet ya piensa en futuros mejoramientos genéticos específicos para estos ecosistemas extremos.
La pregunta que todos se hacen es la misma que motiva el proyecto: ¿hasta dónde puede extenderse la frontera agrícola del maíz en el sur del país?
Hacia el cierre de la campaña otoño 2026, los investigadores esperan tener respuestas concretas a ese interrogante, sobre qué híbridos funcionan mejor y si Santa Cruz puede sumarse al mapa maicero argentino.
Lo que está en juego no es solo ampliar un cultivo, sino abrir alternativas productivas en una provincia donde diversificar siempre fue difícil. Si el maíz logra adaptarse al frío de la Patagonia Suyr, podría cambiar las reglas del juego para productores que hoy dependen casi exclusivamente de la ganadería extensiva.
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