El asadito del domingo con carne vacuna rompe el presupuesto familiar

Los efectos del proceso inflacionario sobre la capacidad de compra de la población no son homogéneos; más bien, todo lo contrario. La magnitud del encarecimiento que afronta cada familia está más vinculado a su patrón de consumo que al movimiento que demuestra el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Por ejemplo, las familias neuquinas con hábitos alimentarios más dependientes de la carne vacuna deben destinar una porción mayor de sus salarios a la comida que hace un año, al contrario de aquellas que llevan a la mesa más pollo y algunos fiambres.

Según el último informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la Dirección de Estadísticas de Neuquén, en abril de 2025 la inflación interanual se ubicó en el 60,9%, muy arriba del 47,3% registrado a nivel nacional por el INDEC.

Las carnicerías esperan un buen nivel de ventas el mismo sábado. Muchos prefieren hacer asado para despedir el año.

El IPC nacional es la referencia de la mayor parte de las paritarias del sector privado en Neuquén, a diferencia del sector público que actualiza los salarios en base al promedio de los índices del INDEC y Estadísticas de Neuquén. Tampoco es el IPC referencia para la evolución de los haberes estatales nacionales, que fueron planchados por debajo de la inflación por la administración de Javier Milei.

La carne subió el doble que índice de alimentos

Considerando salarios actualizados en proporción igual a la inflación nacional, el poder adquisitivo de los trabajadores neuquinos perdió 9% desde abril del año pasado.

Esa cuenta grafica una hipótesis estadística difícil de hallar en la realidad. Detrás del número del IPC neuquino se esconde una brecha notable entre los menores y mayores aumentos en los bienes y servicios de la muestra. El indicador de precios de alimentos y bebidas sin alcohol (47% interanual) no es ajeno a esa distorsión. Los precios de los comestibles de la canasta del IPC se movieron entre la deflación del -26% en el precio de la cebolla y la inflación del 113% en los limones.

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La brecha más importante entre dos alimentos de consumo popular se registra entre el 3% de aumento en la yerba y el 92% en el asado.

Los cortes de carne vacuna considerados se movieron por encima de la inflación local. Además del asado, la nalga aumentó 83,3% y el cuadril 79%. Como contrapartida, el kilo de pollo entero se encareció 48,6% en un año, 0,6% más que el IPC nacional.

El siguiente gráfico ilustra la variación nominal del precio particular de los diez productos de la división alimentos que más se encarecieron en Neuquén entre abril de 2024 y 2025 y su impacto en el poder adquisitivo actualizado por el IPC nacional.

Precios. Evolución interanual en pesos corrientes e impacto descontado el IPC nacional.png

Si un producto sube menos que la inflación, su impacto en el consumo es menor. Pero si un producto sube más, significa que su acceso es cada vez más difícil para la población.

Precios con deflación interanual

La fuerte disparidad en los aumentos entre los bienes y servicios de la canasta del Índice de Precios al Consumidor diluyó la representatividad de ese índice sobre el comportamiento particular de cada producto de la canasta total.

El siguiente gráfico ilustra la variación nominal del precio particular de los cinco productos de la división alimentos con mayor deflación en Neuquén entre abril de 2024 y 2025 y su impacto en el poder adquisitivo actualizado por el IPC nacional.

Precios. Evolución interanual en pesos corrientes e impacto descontado el IPC nacional (1).png

Establecer el impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo comparando la variación del Índice de Precios al Consumidor con la del Índice de Salarios no tiene ningún sentido con los notables desequilibrios registrados en la evolución de los precios de los bienes y servicios que conforman la canasta del IPC. Esa dinámica, además, relativiza la efectividad de la fórmula de actualización por IPC de los sueldos para defender el poder adquisitivo del asalariado.

La disparidad de los aumentos de precios entre los bienes y servicios de consumo masivo se profundizó con el proceso de enfriamiento inflacionario emprendido tras la notable escalada de fines de 2023 y principios de 2024. La dinámica de los precios marcada por desequilibrios notables hacia el interior de la canasta del IPC está cambiando rápidamente los patrones de consumo masivo. Un botón de muestra: al asadito del domingo si es de carne vacuna conlleva un golpe al presupuesto para consumo de fuerte magnitud, en cambio si en la parrilla se asa pollo el impacto en el poder adquisitivo es prácticamente inocuo para ingresos actualizados por el IPC nacional.