La falta de gas y las conexiones clandestinas a la electricidad desnudaron su cara más trágica este invierno. El fuego afecta a las familias más vulnerables.
Más allá de la mortandad de animales y el colapso de las guardias por enfermedades respiratorias, el frío intenso de este invierno desnudó su costado más trágico en Neuquén a través de los incendios de las viviendas más precarias. Sin sistemas seguros de calefacción, las familias se exponen a un riesgo mortal al calentar sus hogares con estufas de leña o aparatos eléctricos que alimentan con con conexiones clandestinas. En lo que va del año, las fallas en estos equipos ya se cobraron la vida de al menos cinco personas.
El pasado 30 de mayo, cuando el invierno no llegaba al calendario pero sí a los termómetros, una tragedia sacudió la zona norte de Neuquén capital. En Colonia Rural Nueva Esperanza, Benjamín, un niño de apenas 5 años, murió mientras dormía cuando las llamas se apoderaron de su habitación.
Los Bomberos que concurrieron al lugar explicaron que el nene vivía junto a otro menor y cuatro adultos en una vivienda precaria de material, ubicada en las calles El Lino y El Girasol, que calentaban con una estufa eléctrica y a través de una conexión clandestina a la red de electricidad. Pasadas las 10 de la noche, la estufa hizo un cortocircuito y el fuego se apoderó del lugar: el resto de los habitantes logró salir a tiempo de la casa, pero las llamas no les permitieron volver a ingresar para salvar la vida de Benjamín.
Mientras los vecinos organizaban colectas para ayudar a la familia afectada, en Plottier se habían producido dos casos de incendios por calefacción precaria esa misma semana. En los barrios Colonia San Francisco y Primero de Febrero, dos familias sufrieron graves daños materiales cuando se sobrecalentaron las salamandras y se desataron incendios en sus viviendas.
Los hechos se dieron apenas una semana después de otro incendio que dejó sin sus pertenencias a una familia de Valentina Sur. En ese caso, la familia sospechaba que el fuego se podría haber iniciado por una falla en un calefactor o por una moto que tenían guardada dentro de la vivienda.
El 20 de junio, otro grave incendio conmovió a la localidad de Centenario. Después de la medianoche, los vecinos del barrio Juan Manuel de Rosas entraron a rescatar a un hombre de 31 años que había quedado atrapado entre las llamas y que tuvo que ser internado con quemaduras en la cara y los brazos.
Los Bomberos Voluntarios de Centenario informaron que el fuego se inició en la habitación a partir de una falla eléctrica, ya que la casa estaba conectada al servicio a través de una conexión casera, que le permitía obtener luz desde la vivienda de un vecino.
Los incendios en medio de la ola polar en Neuquén
El 2 de julio, otra vez las llamas golpearon a Colonia Rural Nueva Esperanza. El mismo sector afectado por la muerte del pequeño Benjamín sufrió las consecuencias de la falta de tendido eléctrico. Esta vez, un hombre y dos niños pequeños perdieron todas sus pertenencias por las llamas, por lo que la comunidad educativa de la Escuela 175, a la que asisten los chicos, organizó una colecta para colaborar con ellos.
Según informó entonces LMNeuquén, el abuelo de los nenes tuvo que ser internado tras salvar a sus nieta de seis años de las llamas. Aunque lograron sacarla con vida, la nena había inhalado mucho humo y por eso quedaron afectadas sus vías respiratorias.
Desde la escuela aclararon que no conocían las causas del siniestro, aunque aclararon que en la mayoría de las viviendas utilizan velas como iluminación y calientan sus hogares con leña o estufas eléctricas alimentadas por conexiones clandestinas.
Apenas seis días más tarde, dos niños de Rincón de los Sauces quedaron en grave peligro por el incendio de su casa. Un nene de cinco años y su hermana de 9 quedaron atrapados en medio de las llamas que se apoderaron en el tráiler en el que vivían con sus padres: de los dos, el hermano menor fue el que sufrió heridas más graves.
En horas de la madrugada, y mientras afuera se registraban temperaturas bajo cero, una pantalla de calefacción sufrió un desperfecto eléctrico que ocasionó un rápido avance de las llamas en el tráiler, construido con elementos de fácil combustión. Aunque los adultos fueron dados de alta muy pronto, los dos pequeños tuvieron que ser trasladados al hospital Castro Rendón, de Neuquén capital, para ser tratados de graves quemaduras en las manos, el rostro y la espalda.
A media que avanzaba el invierno también crecía la frecuencia de los incendios en las viviendas más precarias de la provincia. El 13 de julio, a cinco días del caso de Rincón de los Sauces, otra tragedia golpeó a la provincia de Neuquén. En este caso, dos personas murieron en un incendio de su vivienda en el barrio Parque Industrial de Cutral Co.
Los Bomberos concurrieron durante la madrugada a la casa ubicada en la calle Tomas Edison, entre Juan Gutenberg y Benjamín Franklin, que estaba completamente consumida por las llamas. Cuando pudieron apagar el fuego, encontraron los cuerpos calcinados de la pareja: un hombre de 33 años y su novia, de 28, que habrían muerto por la inhalación de monóxido de carbono.
Dos muertes en una semana
En diálogo con LMNeuquén, el comisario inspector, Marcos Mazzone, indicó que todavía se están realizando las pericias para determinar qué pudo haber iniciado el fuego, pero que se sabe que comenzó en el interior y que creen que pudo haber sido una falla eléctrica, ya que en el hogar no había conexión a la red de gas.
Este 17 de julio, una nueva muerte enlutó a Neuquén capital. Una mujer de 26 años murió en su casa de barrio Belén, en el oeste de la capital, y su hijo de seis años aún lucha por su vida tras el incendio que afectó a su vivienda.
Los familiares de la víctima aclararon que la mujer usaba un sistema de calefacción a leña porque no contaba con la instalación domiciliaria a la red de gas, que había sido inaugurada en los últimos meses. Sospechan que un leño encendido cayó de la estufa, entró en contacto con el sillón y desató las llamas en la casa. El humo negro alcanzó la habitación donde dormía la mujer e hizo imposible los intentos de rescate por parte de sus vecinos.
Ese mismo día, una casilla sin calefacción de la Toma 7 de mayo quedó consumida por las llamas. En ella vivían una joven de 25 años junto a su esposo y sus tres hijos, de 6, 3 y un año, que se quedaron sin pertenencias a causa del fuego.
Como los chicos estaban con broncoespasmos a causa de las bajas temperaturas de este invierno, la mujer los había llevado a la casa de su suegra para atravesar los días más fríos en una vivienda con calefacción, ya que su casilla no contaba con gas natural y sólo tenía un conexión clandestina a la electricidad. Cuando regresó a la Toma 7 de Mayo, se encontró con la construcción totalmente consumida y, según pudo averiguar, el fuego se había iniciado por un desperfecto en una lámpara.
La muerte de un bebé, la tragedia más reciente en Neuquén
Apenas dos días después de la muerte de la joven en barrio Belén, el fuego volvió a enlutar a la provincia. Esta vez, un bebé murió en su cuna, en una vivienda la segunda meseta de Añelo, cuando el fuego consumió la casa que la familia ocupado antes de que se finalice su construcción.
Los Bomberos llegaron al lugar después de las seis de la mañana. Lograron rescatar a la pareja y a los dos hijos más grandes, pero las llamas les impidieron volver a ingresar por el bebé, que quedó sin vida en la cuna.
Según informaron, el barrio no tiene red de gas, y la familia había ocupado de forma precaria una vivienda sin terminar, con un avance de entre el 40% y el 60%, que estaba construida con paneles, pero no era de material. Desde la Policía aclararon que aún se realizan las pericias para determinar el origen del fuego, pero consideraron que podría tratarse de un desperfecto en una estufa eléctrica o un brasero.
Con la muerte del bebé, este invierno ya sumó al menos cinco víctimas fatales a causa de la ola de frío extremo y las conexiones clandestinas a la electricidad, el único recurso que encuentran las familias más vulnerables de Neuquén para calentar sus hogares ante la falta de infraestructura en las redes de gas natural y los precios altos de las garrafas que permiten generar calor a través del gas envasado.
A ellos se sumaron otras víctimas: aquellos que perdieron sus pocos bienes materiales, devorados por las llamas, también por la falta de servicios. Son los mismos que ahora, mientras el frío sigo apretando, tienen que volver a empezar.
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