Javier Milei, el pacto esquivo y una silenciosa senadora neuquina
El acuerdo del Presidente con las provincias quedó en un espejismo. La línea pragmática de Rolando Figueroa para asegurar gobernabilidad
Empezó con la idea de que sea un proto pacto. En la volátil figuración presidencial se imaginaban los fastos de mayo en Córdoba con alcances refundacionales y los gobernadores haciendo fila en el besamanos del líder libertario.
Aquel ideario se estrelló con la realidad. Milei llegará este fin de semana en soledad a la tal vez agitada provincia mediterránea, buscando un solaz en la desventurada travesía de su Ley Bases en un Senado esquivo y desafiante. El pacto al que aspira el presidente deberá esperar mejor suerte, tal vez junio, julio o agosto; un trimestre en el que, sin embargo, podrían desencadenarse acontecimientos difíciles de prever y que eventualmente pondrían en duda la factibilidad del acuerdo.
Los dos senadores neuquinos de Unión por la Patria, Oscar Parrilli y Silvia Sapag, como se prevé, votarán en contra de la Ley. En cuanto a Lucila Crexell es probable que acompañe las definiciones en concordancia con el gobierno provincial.
La legisladora, sin embargo, guarda cierto silencio, a tono con su desfavorable ranking de intervenciones como oradora en la Cámara, en donde, según el sitio especializado Parlamentario.com, durante todo 2023 no abrió la boca en las sesiones. Un récord llamativo para una época tan convulsa.
Así y todo Neuquén avanza con cautela, no solo de cara a la Ley Bases, sino también en las herramientas que aseguren la gobernabilidad, aunque sin resignar pragmatismo. Lo dijo Rolando Figueroa en Roma esta semana: “Yo estoy enfocado en mi provincia y estoy haciendo lo imposible para que a Neuquén le vaya bien (...) Así que le deseamos al Presidente que le vaya bien para que a Neuquén le vaya bien y a los neuquinos les vaya bien”.
A la salida de una audiencia colectiva con Jorge Bergoglio, el gobernador se mostró optimista con la sanción de la Ley y su llegada a la provincia coincidirá con el llamado a licitación de 23 obras públicas que permitirán reactivar la construcción en sitios críticos y, hasta ahora desatendidos, una de las apuestas prioritarias frente a un horizonte que augura larga vida a la recesión.
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