Lo que las tasas viales no podrán evitar y una tarea para la regionalización

Expedito el camino por parte de la Justicia y con el aval explícito del gobierno provincial, esta capital y Centenario comenzarán la semana que viene a aplicar la tasa vial, lo que supone un incremento del 4,5% promedio de los combustibles para financiar el agujero que dejó la motosierra de Nación con la quita de los subsidios al transporte. El remedio recaudatorio, sin embargo, puede abrir nuevos flancos, en el que el bolsillo de la gente sentirá las consecuencias (negativas).

El intendente de San Martín de los Andes, Carlos Saloniti donde el tributo ya se está cobrando en las estaciones de servicio, dijo que la tasa tiene un fin “solidario”, por cuanto beneficiará a la gente que depende de los colectivos para moverse.

carlos saloniti san martin de los andes

Carlos Saloniti, intendente de San Martín de los Andes.

También en Neuquén, el intendente Mariano Gaido, sugirió que la tasa dejaría de cobrarse en caso de que Nación restituya los subsidios.

Sin embargo, más allá de las actitudes presuntamente altruistas, la creación de la tasa tendrá inevitablemente, un doble efecto, no deseado, pero inexorable: más presión a la inflación, por un lado; y una profundización de las distorsiones fiscales ya existentes entre tributos que cobran Nación, Provincia y municipios, cada uno por su lado.

Pese a que la inflación se desaceleró, la última medición (mayo) arrojó que el IPC neuquino fue de 4,9%, contra el 4,2% de la nacional. En la medición, se observó que la división que incluye a los combustibles tuvo una variación todavía superior: 8%. Seguramente en el relevamiento de junio el impacto inflacionario de la tasa vial en las ciudades que se apliquen no será significativo, pues entrarán en vigencia a finales de mes, pero su impacto será inevitable a partir de julio, mes en el que, además, las petroleras volverían a incrementar los combustibles.

col2.jpg

Cipolletti aún no confirmó cuándo aplicará la tasa vial, lo cual pondrá en desventaja a los expendedores de Neuquén, tal como ya ocurre en San Martín de los Andes, con Junín, cuyo municipio no lo aplica.

La regionalización neuquina cuenta, desde ahora, con una materia a resolver, más allá del respeto a las autonomías de los municipios y a su recurrencia casi crónica de seguir creando gravámenes.